El presidente salvadoreño Nayib Bukele volvió a referirse al sistema judicial estadounidense, asegurando en un mensaje en redes sociales que “Estados Unidos se enfrenta a un golpe judicial”, retomando un tuit que publicó en marzo pasado. “Dijeron que eso no podía pasar de ninguna manera”, escribió en inglés.
El comentario provocó una ola de reacciones, tanto de seguidores como de críticos de la administración del expresidente Donald Trump. La discusión se da en el contexto de una decisión judicial que mantiene suspendida temporalmente la política de deportaciones aceleradas hacia El Salvador, promovida por Trump y retomada por algunos sectores conservadores.
Algunos usuarios en redes sociales respaldaron la postura del mandatario salvadoreño, señalando una supuesta politización de la justicia en Estados Unidos, mientras otros lo criticaron por enfocarse en temas internacionales, mientras, según ellos, hay problemas urgentes sin atender en su propio país.
They said no way this could happen… https://t.co/ku47txD99f
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 20, 2025
En paralelo, el senador demócrata estadounidense Chris Van Hollen habló en una entrevista con ABC News sobre su reciente visita a El Salvador, donde se reunió con Kilmar Ábrego García, un salvadoreño deportado por Estados Unidos acusado de vínculos con pandillas.
Van Hollen aclaró que no está defendiendo al hombre en sí, sino su derecho al “debido proceso”.
“No estoy defendiendo al hombre, estoy defendiendo los derechos de este hombre al debido proceso… porque, si se lo quitamos, lo ponemos en peligro para todos los demás”, dijo el senador, quien afirmó que el gobierno estadounidense no ha presentado pruebas que vinculen a Ábrego con pandillas como la MS-13 ni con actividades terroristas.
El senador también cuestionó el trato que Ábrego García habría recibido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), y relató que el hombre le habló de un “trauma” sufrido durante su captura y traslado, ocurrido frente a su hijo de cinco años con autismo.
Van Hollen criticó que las autoridades salvadoreñas buscaran que la reunión se realizara junto a la piscina del hotel donde fue alojado Ábrego, y que intentaran presentar la situación como si se tratara de una estancia placentera. La reunión fue divulgada inicialmente por el propio presidente Bukele, quien publicó imágenes con copas y cerezas y afirmó sarcásticamente que estaban “tomando margaritas”.