Los fulanos designados por el usurpador para regurgitar las mismas patrañas que hacen delinquir al fiscalito de aire fétido; al generalito de opereta, hacer el ridículo ante el Foro Nacional ignorando los procedimientos y, al esférico violar la ley abusando de las frecuencias nacionales, sesgado de la manera más necia, se consagraron como los payasos que son. El permanente, evadiendo el tema de convocatoria; el emisario, saliendo del mismo y el que ni siquiera se movió del asiento, evidenciado como el delincuente que es, ante el pleno de la diplomacia continental.
En su afán de distraernos de la vapuleada que les recetaban, destacaron noticias contradictorias con respecto a la afamada Cuenta del Milenio, donde un medio por la mañana afirmó que décimo sexto año consecutivo, Honduras había quedado fuera y otra afirmando lo contrario. Lo que pretendieron omitir fue que la única razón fue un cambio a las reglas, que sólo me recuerda al representante colombiano en el concurso por el presidente más idiota. La corrupción no sólo no sea eliminado, o siquiera reducido; se ha profundizado y extendido, endeudando al país más allá de los límites razonables, paralizando innumerables proyectos, tanto de operación básica como de desarrollo, pichicateando cada renglón para dedicarlo a la propaganda, el proselitismo, el financiamiento de las operaciones encaminadas a hacer robar el resultado de comicios, la compra de votos y de voluntades, aprovechando que, con toda saña y mala intención han terminado con los medios de vida de los pobladores. Tal como reza su manual.
Medios, cámaras de vigilancia, investigadores y hasta vecinos, día a día denuncian todo tipo de irregularidades; desde la impresión y llenado de papeletas apócrifas, hasta la sustracción de archivos clasificados con el fin de falsificar actas de JRV, pasando por compras de DNI, secuestro de las que se tramitaron en el extranjero, coerción a empleados públicos, bonos personalizados para cubrir financiamientos que deberían fluir como política pública, prostituyendo su finalidad. Emisión de DNI a todo tipo de extranjeros, intimidación a la población general para disuadir el ejercicio del sufragio que es derecho y deber a la vez. Instrucciones de la alta cúpula militar de no actuar contra quien pretenda secuestrar la evidencia física de los votos, cuando se sabe el tipo de bandoleros interesados en hacer eso. En pocas palabras, estos torpes, han divulgado todas y cada una de sus estrategias, queriendo culpar a los opositores de las mismas.
Al comandante le bastaba retar –tal como lo hizo sonriendo con evidente sorna, al pasar la declaratoria de las internas– a los ganadores de los partidos más numerosos a que se unieran, siempre supo que no lo iban a hacer. Con eso era suficiente, sin que su perro de garra hostigara a las concejales, sin perseguir a los únicos magistrados independientes del Poder Judicial, sin los desplantes del chafarote, sin el autoritarismo del fiscal impuesto ilegalmente. Tampoco hacía falta que la mona esparciera su discurso de odio por los cuatro puntos cardinales; pero su alma podrida por el resentimiento –que no se alivia ni con los jugosos botines obtenidos en sus múltiples actos de corrupción– la orilla a descalificar compulsivamente a aquellos con mayores bienes materiales que su patética persona, independientemente de cómo fueron habidos.
Cada desplante y abuso de poder de sus pandilleros estratégicamente disfrazados de funcionarios, cada recomendación de los asesores fieles al narcoterrorismo fue conquistando a miles y miles de apáticos e indecisos que hoy están dispuestos a ir a las urnas convencidos de un firme “por ella no”. Cada uno de sus desatinos logró lo que parecía imposible, subir los bonos de los contrincantes, ya fuera que estuvieran apagados por el recuerdo del último año de la pasada administración o por el transfuguismo y debilitamiento ocasionado por la tercera fuerza, que resultó más corrupta y abusiva que la otorgante del gane hace cuatro años.
Están perdidos y lo saben; los ojos de la comunidad internacional, especialmente los de la interamericana están puestos en sus ilegales pretensiones de hacerse del resultado de las elecciones por vía fraudulenta. Sus bajezas encendieron todas las alarmas; observadores que hace un año no tenían la certeza de poder venir, hace meses están aquí y han presenciado todos y cada uno de los ardides. Ellos han hecho su parte, han manifestado su adhesión a la democracia, las libertades y Estado de Derecho; nos resta lo nuestro: SALGAMOS A VOTAR







