En un mundo interconectado, la seguridad de la aviación civil es esencial para millones de personas. Cada vuelo depende de cooperación internacional, normas técnicas y comunicación constante. En este ámbito, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) es clave, pues sus decisiones garantizan cielos más seguros y un transporte aéreo sostenible.
Sin embargo, Taiwán, un socio fundamental, sigue siendo excluido de esta plataforma internacional. La Región de Información de Vuelo de Taipéi (FIR Taipéi) está en el corazón del Este de Asia, una de las zonas de mayor tráfico aéreo del mundo. Cada año millones de pasajeros y miles de vuelos cruzan esta región, cuya seguridad está a cargo de la Administración de Aviación Civil de Taiwán (CAA).
Los resultados lo demuestran: entre 2020 y 2024 Taiwán registró cero accidentes en vuelos comerciales, y aerolíneas como EVA Air figuran entre las más seguras del mundo, prueba de la excelencia de la industria aeronáutica taiwanesa.
A pesar de ello, Taiwán no tiene acceso directo a los mecanismos de comunicación ni a las reuniones técnicas de la OACI, lo que pone en riesgo no solo la FIR de Taipéi, sino también la seguridad regional y global.
La aviación enfrenta grandes retos: cambio climático, tensiones geopolíticas, nuevas tecnologías y la urgencia de reducir emisiones. Taiwán participa activamente en estas metas, ha incorporado el plan de compensación y reducción de carbono CORSIA en su legislación y desarrolla combustibles sostenibles. No obstante, su exclusión de la OACI genera un vacío en la cooperación internacional. Mientras tanto, China interfiere unilateralmente en la FIR de Taipéi con ejercicios militares sin notificación a la OACI, agravando los riesgos.
El lema de la próxima Asamblea de la OACI, “Cielos Seguros, Futuro Sostenible”, refleja un compromiso global. Pero resulta contradictorio que, bajo la iniciativa de “Ningún país se queda atrás”, se margine a un socio que aplica y promueve las normas de la OACI con plena responsabilidad.
La seguridad aérea no reconoce fronteras ni puede estar subordinada a consideraciones políticas. Incluir a Taiwán es una cuestión de equidad y de responsabilidad global.
La seguridad de los cielos exige la contribución de todos. Taiwán está listo para aportar su experiencia, tecnología y compromiso para garantizar un futuro seguro y sostenible.
Es hora de que la OACI abra sus puertas a Taiwán. En seguridad aérea, cada segundo cuenta y cada voz importa.