Elecciones y democracia

Por Carolina Alduvin, académica hondureña

Elecciones en Honduras

La celebración de elecciones periódicas es una característica esencial y requisito indispensable para la existencia de las democracias; sin embargo, no es suficiente para que las mismas existan, se desarrollen y sobrevivan en el tiempo y en la conciencia aun de los propios electores. Para muchos, ambos términos son equivalentes; pero no, hay elecciones en Cuba y lo que menos hay es democracia, similarmente en Nicaragua, o en el más patético y reciente ejemplo: Venezuela 2024, donde no hubo siquiera un fraude electoral, sino el más descarado robo de los resultados de las mismas, a vista y paciencia de propios y extraños. Sin que hasta el momento se haya podido demostrar “la verdad” esparcida por los ladrones intelectuales y materiales del proceso. Cuidadosamente observado de cerca por el usurpador local, su parentela y su lacayo en olivo.

Con exiguo reconocimiento internacional; reprimiendo, asesinando y amenazando a opositores y a los que con justicia reclamaron respeto a su voluntad expresada en votos, la voz de pitoreta con todo descaro felicitó al dictador narcotraficante, para nuestra vergüenza mundial. El usurpador moviendo los hilos a su títere principal, ahora pretende imponernos a la segundona por medio de unas elecciones a todas luces amañadas, desde los berrinches de su perro de garra en el organismo electoral, hasta la descarada compra de votos por una ridícula cantidad, por medio de la cual capturan sus datos biométricos, su documento de identidad y hasta su voluntad, a vista y paciencia de propios y extraños, de directamente interesados y también de los indiferentes. Con tiempo de sobra para que los informáticos comunistas hayan instalado las respectivas trampas. Llegaron por medio de elecciones libres, pero no reconocen validez para estas generales, porque no hay forma que las ganen limpiamente.

Pero los comicios no garantizan democracia, hay un espacio cívico que poco se respeta y que los ciudadanos desaprovechan por ignorancia o por indiferencia. El Art.4 Constitucional dice que la forma de gobierno es republicana, democrática y representativa; pero nadie está ni se siente representado por los políticos de oficio o improvisados que medran en el CN, donde van a hacer contactos, negocios, levantar la mano al son del dueño del partido, socializar y… muy de vez en cuando a trabajar. Ese espacio cívico es acaparado por los burócratas para insultar, descalificar y amedrentar a los ciudadanos con espíritu crítico, a quienes reclaman sus derechos o denuncian sus prácticas corruptas; es usado para proferir falsedades, sembrar odio y división con la falacia de explotados vs explotadores, ricos vs pobres, hombres vs mujeres, hetero vs homo y cualquier otro argumento. Todos somos hondureños, todos iguales ante la Ley, todos exhibimos distintas cualidades físicas, morales o patrimoniales, pero con los mismos derechos.

La democracia incluye además el Estado de Derecho, donde los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial son complementarios y sin relaciones de subordinación. Es el sistema republicano concebido para establecer pesos y contrapesos en el ejercicio del poder político. En una dictadura, esos preceptos se incumplen tal como estamos presenciando desde el día -2 cuando impusieron a un títere en el Legislativo a patadas para tenerlo como lacayo y por su medio, cometido todo tipo de desmanes; desde indultar a delincuentes comunes pero afines a su podrida ideología, hasta saquear millones de todas y cada una de las Secretarías de Estado para comprar votos y conciencias mediante bonos de los que sea: solidarios, tecnológicos, climáticos y humillar así a todos los que han quedado sin empleo a causa de sus nefastas políticas anti empresarios.

Finalmente, la democracia debe traducir la voluntad popular expresada en votos en mejores condiciones de vida para los ciudadanos y sus familias: seguridad ciudadana y jurídica para estimular la inversión y generación de empleos, para la creación de valor agregado a los bienes y servicios producidos por trabajo honrado y administración con manos limpias. Servicios básicos accesibles a toda la población, acceso a atención sanitaria, a servicios educativos que garanticen salir de la pobreza, acceso a tierra acompañado de asistencia técnica y financiera para los productores agropecuarios, junto con vías de comunicación seguras sacar y comercializar sus productos y una justa distribución de beneficios. Servidores públicos debidamente capacitados en su área de servicio en vez de paracaidistas o activistas o buenos para nada como en el actual corrupto régimen narco terrorista. Elecciones transparentes y cuidado del voto sólo el comienzo.

 

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