Activistas se movilizan en Estados Unidos para defender el Estatus de Protección Temporal (TPS) que ampara a ciudadanos de Honduras, Nicaragua y Nepal, ante posibles cambios en la política migratoria.
Para hoy se han programado vigilias “de costa a costa” en Estados Unidos, organizadas por activistas y comunidades migrantes. El objetivo es enviar un mensaje de resistencia frente a los intentos de la administración federal de poner fin al TPS, medida que afecta a hondureños y nicaragüenses, además de nepaleses.
Los participantes buscan visibilizar la importancia del Estatus de Protección Temporal y su impacto en miles de familias que dependen de este para residir legalmente en Estados Unidos.
Plazos y decisiones judiciales
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) estableció un plazo de 60 días, hasta el 6 de septiembre de 2025, para que los beneficiarios regularicen su estatus o abandonen el país.
Sin embargo, la jueza Trina Thompson prorrogó temporalmente el alivio hasta el 18 de noviembre, fecha clave para una audiencia decisiva que determinará el futuro de miles de migrantes.
Actualmente, 72,000 hondureños y 4,000 nicaragüenses dependen de este fallo judicial. En caso de que el tribunal respalde la apelación del gobierno federal, numerosas familias podrían enfrentar la deportación tras más de dos décadas de residencia en Estados Unidos.
Vigilia en Los Ángeles
La vigilia principal se llevará a cabo hoy a las 5:00 p.m. (6:00 de Panamá) en la St. Peter’s Italian Church de Los Ángeles. El evento tiene como propósito orar, reflexionar y alzar la voz por la permanencia de las comunidades amparadas por el TPS.
Los organizadores invitan a la comunidad migrante y a la ciudadanía a participar para visibilizar la situación de los beneficiarios y exigir soluciones legales que garanticen su estabilidad.
Importancia del TPS
El Estatus de Protección Temporal ha protegido a migrantes hondureños, nicaragüenses y de otros países frente a desastres naturales y crisis políticas en sus países de origen. Las vigilias refuerzan la necesidad de políticas migratorias justas y la protección de derechos humanos para quienes han residido décadas en Estados Unidos.