La Unión Europea (UE) prohibió el uso de dos compuestos químicos presentes en esmaltes y geles semipermanentes para uñas, al considerar que representan un riesgo para la fertilidad y la salud reproductiva.
La medida, que afecta tanto a fabricantes como a salones de belleza, podría tener un impacto en la industria cosmética mundial.
La decisión forma parte del Reglamento (UE) 2025/877, aprobado en mayo, que veta el uso de sustancias clasificadas como cancerígenas, mutagénicas o tóxicas para la reproducción (CMR). Entre ellas se encuentran el óxido de difenilfosfina (TPO) y el dimetil-p-toluidina (DMTA), muy utilizados en productos de manicura semipermanente.

Los estudios científicos que respaldaron la medida advierten que una exposición prolongada a estos compuestos puede generar alteraciones en la fertilidad y afectar órganos reproductores.
Aunque el riesgo para las clientas se considera bajo, los mayores peligros recaen en los trabajadores de salones de belleza, expuestos de manera continua y, en muchos casos sin ventilación adecuada.
Desde este 1 de septiembre, ningún producto que contenga estas sustancias puede fabricarse, importarse ni venderse dentro de la Unión Europea. La normativa no contempla prórrogas ni excepciones, lo que obliga a los salones de estética a retirar de inmediato los esmaltes con TPO y DMTA, aunque eso represente pérdidas económicas.
Algunas marcas impulsaron cambios
El cambio ha tomado por sorpresa a numerosas profesionales del sector de la manicura, especialmente a pequeñas esteticistas que deben sustituir de un día para otros sus productos y abastecerse con nuevas fórmulas. Sin embargo, grandes marcas internacionales ya habían comenzado a preparar el terreno, desarrollando líneas libres de estos compuestos.

La buena noticia para las consumidoras y trabajadores es que existen alternativas seguras en el mercado. Entre ellas destacan los fotoiniciadores de nueva generación, esmaltes con ingredientes vegetales, geles “peel-off”, técnicas de manicura japonesa y sistemas como el Dip Powder o el Popit Gel, que evitan el uso de químicos problemáticos y ofrecen resultados duraderos.
Con esta medida, la Unión Europea refuerza su vigilancia sobre la industria cosmética y envía un mensaje claro: los productos de belleza no deben poner en riesgo la salud. El impacto se sentirá no solo en Europa, sino también en América Latina y otras regiones que importan o utilizan estas marcas.