En el corazón de los Everglades, un enorme humedal subtropical infestado de caimanes, cocodrilos y pitones, el expresidente Donald Trump inauguró este martes 1 de julio una nueva prisión de detención migratoria: el centro de reclusión “Alligator Alcatraz”, también conocido como “Alcatraz Caimán”.
Ubicado en una pista de aterrizaje abandonada a unos 60 kilómetros de Miami, el complejo está construido con tiendas de campaña y remolques de emergencia, similares a los que Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) utiliza tras desastres naturales. Este nuevo centro se convierte en el símbolo más gráfico y extremo de la cruzada de Trump contra la inmigración irregular.
“Solo hay un camino para entrar y la única salida es un vuelo de ida”, afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, durante la rueda de prensa previa a la apertura.
“Es un lugar aislado, rodeado de fauna peligrosa y un terreno implacable. Es una forma eficiente y económica de llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos”.
Since day ONE of the Trump administration, I have asked state and local governments to step up and partner with DHS on standing up new alien detention facilities. Thank you, Florida, for stepping up and answering that call!⁰⁰Alligator Alcatraz will give us space to detain the… pic.twitter.com/FMSZgB3Rwi
— Secretary Kristi Noem (@Sec_Noem) July 1, 2025
Un discurso cargado de sarcasmo
Antes de su viaje a Florida para encabezar la ceremonia de apertura, Trump ironizó ante los medios sobre las condiciones que enfrentarán los migrantes detenidos.
“Les vamos a enseñar a huir de un caimán”, dijo entre risas, mientras hacía gestos en zigzag con la mano. “Tus posibilidades de escapar suben alrededor de un 1 %”, agregó con una sonrisa sarcástica.
La declaración generó críticas inmediatas de organizaciones de derechos humanos, que advierten sobre el tono inhumano y degradante con que el expresidente trata el tema migratorio. “Esta no es una política, es una provocación cruel”, dijo un portavoz de Human Rights Watch.
ALLIGATOR ALCATRAZ: MAKE AMERICA SAFE AGAIN! 🇺🇸 pic.twitter.com/kfMZuMwc9N
— The White House (@WhiteHouse) July 1, 2025
Un proyecto multimillonario
Según datos oficiales, Alligator Alcatraz tendrá una capacidad para 5,000 personas y un costo estimado de $450 millones. Aunque la ejecución está a cargo de autoridades estatales de Florida, gran parte del financiamiento proviene de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), en lo que muchos consideran un desvío cuestionable de fondos destinados a desastres naturales.
El fiscal general de Florida, James Uthmeier, principal promotor del proyecto, presentó la iniciativa en un video publicitario con gráficos de caimanes de ojos rojos y música de rock pesado. La campaña de promoción incluyó también mercancía oficial del Partido Republicano con temática de caimanes, y publicaciones en redes sociales con reptiles usando gorras del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Entre militarización y propaganda
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció el envío de 100 elementos de la Guardia Nacional para resguardar las instalaciones. El centro, además, ha sido comparado por Trump con las mega cárceles construidas por El Salvador, elogiadas por el republicano como “modelo de orden y eficiencia”.
Mientras tanto, activistas denuncian que el proyecto refleja un enfoque cada vez más radicalizado de Trump en materia migratoria. Aseguran que su administración no solo ha incrementado las detenciones sin juicio ni pruebas, sino que ha desmantelado protecciones para migrantes de países en crisis como Venezuela y Haití, e incluso impulsa iniciativas para retirar la ciudadanía por nacimiento.
“Una prisión pensada para infundir miedo”
“Alligator Alcatraz no es una solución migratoria, es un símbolo de miedo y represión”, expresó un comunicado conjunto de organizaciones civiles de Florida, que han exigido una revisión inmediata del uso de fondos federales en este tipo de centros.
Pese a las críticas, el expresidente —y posible candidato republicano en las próximas elecciones— no da señales de dar marcha atrás. Al contrario, convierte cada nueva medida en una pieza más de su retórica de “mano dura” ante la migración.
En los pantanos de Florida, Trump ha levantado no solo una prisión, sino una advertencia: en su visión de país, la frontera no solo se defiende con muros, sino también con caimanes.