Un informe realizado por la Universidad de Costa Rica, Fundamedios y la Cátedra Unesco de la Universidad Diego Portales de Chile advierte sobre una crisis regional que ha forzado al exilio a periodistas de al menos 15 países de Latinoamérica.
El documento Voces Desplazadas, señala como principales motivos de la huida a la persecución política, las amenazas del crimen organizado y la represión estatal. Venezuela, Nicaragua y Cuba concentran el 92 % de los casos documentados.

Centroamérica destaca en este fenómeno: solo Nicaragua ha generado 268 exilios de periodistas entre 2018 y 2024, aunque la cifra aumentó a 293 en el primer semestre de 2025, según la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED).
Guatemala también aparece en la lista con 19 casos, mientras que El Salvador registra al menos 10 periodistas forzados a dejar el país, en medio de una creciente crisis política y restricciones a la prensa.
Los países que reciben periodistas
Costa Rica ha sido uno de los principales destinos para periodistas exiliados de Centroamérica, especialmente de Nicaragua. La cercanía geográfica, los lazos familiares y la existencia de medios en el exilio que operan desde San José han facilitado este desplazamiento.

También destacan Estados Unidos, España, Colombia, Chile y Argentina como países receptores, aunque muchos enfrentan dificultades para acceder a un estatus migratorio legal.
Las causas de la migración
La investigación señala que la persecución hacia la prensa adopta distintas formas según el país. En Nicaragua, Venezuela y El Salvador, la presión es liderada desde el Poder Ejecutivo.
En Guatemala, sin embargo, las acciones son orquestadas por el Poder Judicial. En otros países como México, Honduras, Ecuador y Colombia, el principal riesgo proviene del crimen organizado y actores para estatales.

El caso mexicano llama la atención: a pesar del alto nivel de violencia contra la prensa, solo se registran nueve exilios documentados, lo que se explica por la prevalencia del desplazamiento interno.
En México el informe denuncia la existencia de una “red de macrocrimen” que vincula a carteles, empresarios y políticos locales en una trama de amenazas y asesinatos a comunicadores.
El exilio no solo representa una salida forzada del país, sino una transformación radical de la vida profesional y personal. Los periodistas desplazados enfrentan xenofobia, inestabilidad económica, discriminación y la imposibilidad de ejercer su labor con normalidad.
Aun así, muchos periodistas continúan informando desde el exterior, viendo el periodismo como una forma de resistencia democrática y un acto de memoria histórica.