El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este martes la designación de la pandilla Barrio 18 como Organización Terrorista Extranjera (FTO, por sus siglas en inglés) y como Organización Terrorista Global Especialmente Designado (SDGT).
La medida, que busca cortar sus fuentes de financiamiento y reforzar las sanciones, marca un nuevo paso en la ofensiva de Washington contra las estructuras criminales en América Latina.

Barrio 18 es una de las pandillas más grandes y violentas del hemisferio. Según el gobierno estadounidense, sus miembros han perpetrado ataques contra policías, funcionarios y civiles en El Salvador, Guatemala y Honduras, sembrando el miedo en comunidades enteras.
Con esta designación, Washington busca bloquear el acceso de la organización al sistema financiero internacional y endurecer las penas contra quienes le brinden apoyo.
El anuncio llega en el marco de la política de la administración de Donald Trump, que desde su regreso a la Casa Blanca impulsa medidas más duras contra cárteles y pandillas. El Departamento de Estado subrayó que la acción “demuestra el compromiso inquebrantable de proteger a los estadounidenses y desmantelar las estructuras del crimen organizado transnacional”.
Una lista que crece
En febrero de este mismo año, Estados Unidos ya había designado como “organizaciones terroristas” a poderosos cárteles mexicanos como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, además del Tren de Aragua de Venezuela y la Mara Salvatrucha (MS-13). Con la inclusión de Barrio 18, la lista negra de Washington en América Latina se amplía, elevando las tensiones diplomáticas en la región.
La designación implica que cualquier extranjero vinculado a Barrio 18 puede ser inadmisible en EE.UU. e incluso expulsado si ya se encuentra en el país. Además, las sanciones permiten congelar activos, perseguir redes de lavado y penalizar con largas condenas a quienes faciliten apoyo logístico o financiero. Expertos señalan que la medida fortalece el marco legal para los fiscales, aunque recuerdan que muchas de estas acciones ya podían aplicarse bajo otras leyes.

La medida podría tener un fuerte impacto en El Salvador, Honduras y Guatemala, donde Barrio 18 mantiene presencia activa. Analistas advierten que esta decisión podría endurecer la cooperación bilateral en materia de seguridad y aumentar la presión sobre los gobiernos locales para mostrar resultados concretos en la lucha contra las pandillas.
En El Salvador, la Corte Suprema de Justicia ya había declarado “organizaciones terroristas” a las pandillas MS-13 y Barrio 18.
Para Washington, el mensaje es claro: los grupos criminales que operan en América Latina ya no serán tratados solo como bandas delictivas, sino como amenazas a la seguridad nacional y al orden internacional.
La decisión no descarta escenarios más polémicos, como operaciones conjuntas o mayor presencia de agencias estadounidenses en la región, aunque por ahora el efecto inmediato será financiero y diplomático.