El Papa León XIV proclamó este domingo la canonización de Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati en la Plaza de San Pedro, ante más de 70,000 fieles reunidos en el Vaticano y cientos de miles de católicos que siguieron la ceremonia a través de la televisión y plataformas digitales.
Estas canonizaciones son las primeras del pontificado de León XIV, iniciado en mayo de este año, y marcan un hito al elevar a los altares a dos jóvenes referentes de fe, esperanza y compromiso social.
San Carlo Acutis, el primer santo del siglo XXI
Carlo Acutis, nacido en Londres en 1991 y fallecido en Monza en 2006 a los 15 años, es conocido como el “ciberapóstol de la Eucaristía” por su labor de evangelización en internet. Con su canonización, se convierte en el primer santo del siglo XXI, especialmente cercano a las generaciones jóvenes y a la cultura digital.
Su familia participó activamente en la ceremonia. Sus padres, Andrea y Antonia, junto a sus hermanos gemelos Michele y Francesca, estuvieron en las primeras filas. Michele leyó la primera lectura en inglés y la familia presentó las ofrendas al Santo Padre.
La emoción fue evidente, en especial en el rostro de su madre, Antonia Salzano, quien no pudo contener las lágrimas.
San Pier Giorgio Frassati, modelo de fe y compromiso social
Pier Giorgio Frassati, nacido en Turín en 1901 y fallecido en 1925 a los 24 años, fue estudiante de ingeniería, activista de Acción Católica y defensor de los pobres. Su vida, marcada por la fe, la solidaridad y la pasión por la montaña, lo convirtió en un referente espiritual en Italia y en todo el mundo.
Con su canonización, la Acción Católica Italiana anunció una serie de iniciativas para promover su legado entre los jóvenes.
El Mensaje del Papa León XIV
Durante la homilía, el Papa León XIV subrayó que Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati son una inspiración para la juventud y para toda la Iglesia.
“Los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra. Nos animan con sus palabras: ‘No yo, sino Dios’, decía Carlo, y Pier Giorgio afirmaba: ‘Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final’”.
El Pontífice concluyó que su santidad es un testimonio de fe auténtica y un llamado a disfrutar la vida al máximo, con la mirada puesta en Cristo.