La expansión del mosquito Aedes aegypti en Estados Unidos ha encendido las alarmas sanitarias. Autoridades federales y estatales confirmaron su presencia en áreas donde nunca se había registrado, como California, Oregon e Idaho. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este fenómeno está directamente vinculado al aumento de las temperaturas. Además, el crecimiento urbano favorece la proliferación del insecto.
El Aedes aegypti, conocido por transmitir enfermedades como el dengue, el zika, la fiebre amarilla y el chikungunya, fue identificado por primera vez en condados de la costa oeste. En octubre, el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles confirmó el primer caso de dengue autóctono. Es decir, contraído localmente y no por viajes al extranjero.
De acuerdo con los CDC, el mosquito se reproduce fácilmente en pequeños recipientes de agua, como macetas o bebederos, lo que dificulta los controles tradicionales. Por su capacidad de adaptación, puede sobrevivir en zonas urbanas y semiurbanas que antes le resultaban inhóspitas.
El mapa de distribución actualizado muestra una expansión notable: además de California, la especie ya está presente en Texas, Florida, Georgia, Alabama, Carolina del Sur, Luisiana, Utah y Nevada. Incluso, en Oregon e Idaho se reportaron los primeros ejemplares durante 2024 y 2025, algo inédito para el noroeste del país.
La propagación del mosquito implica un mayor riesgo de transmisión local de dengue sin necesidad de viajes internacionales. Los expertos alertan que, aunque la fiebre amarilla no circula en el país, el aumento de este vector eleva la posibilidad de nuevos brotes.
Organismos internacionales como la OMS y el World Mosquito Program señalan que el cambio climático y las lluvias extremas están generando condiciones favorables para la expansión del Aedes aegypti en regiones donde antes no podía sobrevivir. “El calentamiento global está ampliando su territorio natural”, advierte la OMS.
Las autoridades estadounidenses intensifican campañas de prevención y control, enfocadas en eliminar recipientes con agua estancada y fortalecer la vigilancia entomológica. Mientras tanto, los CDC insisten en la importancia de la educación pública y el monitoreo constante, ante lo que califican como “un nuevo escenario epidemiológico para el país”.
