La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) presentó un análisis que evidencia una desconexión entre el Estado, la empresa privada y la academia, lo que genera una formación universitaria poco alineada con las necesidades reales del mercado laboral. Esta brecha, según experto, explica el aumento del desempleo y la desocupación juvenil en Honduras.
Juan Umanzor, coordinador del Observatorio Económico de la UNAH, señaló que el sistema educativo superior no está formando a los estudiantes con las competencias que demandan las empresas.
Esto ha derivado en un desempleo estructural que golpea con fuerza a los profesionales jóvenes, quienes, a pesar de su preparación, no encuentran oportunidades acordes a su nivel académico.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) confirman la paradoja: en 2024, la tasa de desempleo entre personas con educación media (7.61 %) y superior (7.16 %) fue más alta que entre quienes solo cursaron la primaria (3.83 %). Esto refleja que, en muchos casos, el mercado laboral hondureño privilegia la mano de obra barata y no calificada.
El economista Henry Rodríguez, de la UNAH, advirtió que Honduras debe impulsar actividades industriales y tecnológicas que aprovechen el talento calificado de sus graduados. De lo contrario, continuará el estancamiento y el éxodo de jóvenes en busca de mejores oportunidades en el extranjero.
Aun así, especialistas como Julio Raudales subrayan que abandonan los estudios no es la solución, aunque un título no garantiza empleo, quienes se gradúan tienen más probabilidades de obtener ingresos superiores en comparación con quienes solo cursan la primaria o secundaria.
Informalidad y diversificación productiva
La situación de Honduras refleja un fenómeno que atraviesa a varios países de Centroamérica donde los altos niveles de informalidad, la baja diversificación productiva y la falta de inversión tecnológica limitan la capacidad de absorber a los jóvenes universitarios en el mercado formal.
Cada año se gradúan cerca de 10 mil universitarios en Honduras, pero solo dos de cada diez logran ingresar al mercado laboral formal. Mientras tanto, más de 100 mil jóvenes buscan empleo en un sistema limitado que empuja a muchos a migrar o emprender en condiciones de riesgo e inestabilidad.
La UNAH llamó a articular esfuerzos entre Estado, universidades y empresas privadas para generar políticas públicas que fortalezcan la empleabilidad juvenil. De lo contrario el país seguirá desaprovechando su capital humano, con graves consecuencias para el desarrollo económico y social de la región.