Nicaragua lleva una larga serie de promesas sin cumplir basadas en el supuesto poderío económico de China. Se soñó con un puerto de aguas profundas, un satélite, un tren bala que recorra la costa pacífica, un aeropuerto internacional en Punta Huete y un gigantesco canal interoceánico.
Le toca el turno a un Tratado de Libre Comercio entre Nicaragua y China.
De todos los proyectos antes citados, este es el único que se encamina a convertirse en una realidad, pero a juicio de expertos sobre China y sus relaciones internacionales, el discurso propagandístico en torno a los beneficios de la alianza está lejos de convertirse en realidad tal y como la vende la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

ABC del TLC China-Nicaragua
El hijo de la pareja dictatorial de Nicaragua, Laureano Ortega Murillo, anunció que la letra del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países, finalizó luego de una jornada de trabajo de varios meses entre funcionarios de los dos países.
Una amplia delegación del Ministerio de Industria y Comercio de China, encabezada por el viceministro Wang Shouwen y 20 especialistas negoció por China, mientras el ministro de Fomento, Industria y Comercio (Mific), Jesús Bermudez encabezó una delegación multisectorial del régimen, que incluyó a Hacienda, Banco Central y 15 instituciones más.
Ese TLC estaría siendo ratificado este agosto con notas diplomáticas y entraría en vigencia en enero de 2024, después de la ratificación de los congresos de Nicaragua y China.
Según Managua, el acuerdo comercial está compuesto por 22 capítulos y varios acápites de precisión.
El documento ya incluye el “Acuerdo de Cosecha Temprana”, firmado por ambos países en julio de 2022 y en práctica desde el 1 de mayo de 2023, en el cual se permite a Nicaragua exportar a China sin aranceles productos como la carne de res, marisco y textiles.
Ese acuerdo bilateral, considerado por Pekín como la antesala al establecimiento de un TLC, establece que 66 productos nicaragüenses pueden ingresar al mercado chino libres de impuestos, mientras que 78 productos chinos lo harán al de Nicaragua en las mismas condiciones.
Este mini tratado es el primer paso de las relaciones comerciales entre ambos, desde que Nicaragua restableció relaciones con China en diciembre de 2021, inmediatamente después de romper con Taiwán, que en ese momento era uno de sus mejores socios económicos y uno de sus principales cooperantes.
La reanudación de los lazos diplomáticos hasta diciembre de 2022 se mide en 759 millones de dólares de intercambio bilateral, con un crecimiento del 43,7 % de las exportaciones nicaragüenses a China.
Nicaragua exportó fundamentalmente productos agrícolas, azúcar, cuero y madera, e importó productos textiles y equipos informáticos y de comunicaciones chinas.

¿Cómo lo explica Pekín?
En Nicaragua el discurso oficial sobre el TLC, en boca de la vice dictadora Rosario Murillo, es uno más de “victorias” y “bendiciones”.
Por increíble que parezca, el régimen chino, con una política de comunicación más técnica y menos florida, lo explicó mejor que su contraparte nica.
La cartera china de Comercio, en un comunicado publicado en su página web, explica que el tratado básicamente “proporcionará una garantía institucional para los intercambios económicos y comerciales” entre los dos países y “ayudará a mejorar el nivel de los acuerdos económicos”.
Los cálculos chinos es que el TLC podría aumentar al menos en 2 puntos adicionales el crecimiento del Producto Interno Bruto del Nicaragua, proyectado originalmente a entre 3,4% y 3,5% en el periodo de 2023 a 2026.
Dicho de otro modo, China considera que el intercambio comercial proveerá a Nicaragua un crecimiento aproximado de 5.4% a 5.5% en los próximos tres años.
Los productos que Nicaragua podrá exportar a China sin aranceles, están divididos en siete sectores: carne bovina y despojos comestibles de animales; crustáceos; hortalizas de vaina secas desvainadas; cacahuete; ron y otras bebidas obtenidas de la destilación de la caña de azúcar; prendas de vestir; y cables y conductores eléctricos.
China por su parte podrá exportar a Nicaragua sin aranceles, entre otros productos, insecticidas, herbicidas, plásticos y materias primas para la producción de textiles, tecnologías y juguetes.
La lista de 78 productos chinos está dividida en más de 20 grupos que incluyen plantas vivas, hortalizas frescas o refrigeradas, preparaciones y conservas de pescado, artículos de confitería, extracto de malta, pastas alimenticias, cereales, galletas, hongos, salsas y condimentos.
También sopas, preparaciones alimenticias, agua mineral y gaseada, harina y otros productos de soya, alimento para animales, almidones y féculas, pastillas, velas y papeles matamoscas, equipos de laboratorio, etiquetas impresas y de señalización, carteras, tejidos de algodón y sintéticos.
Nicaragua alineada con China y Rusia
El régimen de Nicaragua no apuesta a obtener de China solamente comercio en virtud del TLC, sino cooperación para sus proyectos políticos y clientelistas, como dice que lo obtuvo de Rusia antes que el dictador Vladimir Putin invadiera Ucrania, donde yace empantanado desde febrero de 2022.
Nicaragua arrancó a China un acuerdo para la generación de energía térmica y otro para la construcción de viviendas de interés social.
Laureano Ortega Murillo, asesor de sus padres para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional firmó en mayo pasado con Luo Zhaochi, titular de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (CIDCA), dos acuerdos de cooperación.
El primero fue una firma de notas para un proyecto de rehabilitación de 150 megavatios de energía térmica en Nicaragua, con tecnología y asesoría China.
El segundo fue un estudio de factibilidad de la segunda fase del programa de viviendas denominado “Nuevas Victorias”.
La primera fase del programa de viviendas, que consiste en construir 920 casas, fue inaugurada en mayo y los ciudadanos que deseen ser beneficiados deben escribirle una carta de solicitud al dictador Daniel Ortega, acusado de crímenes de lesa humanidad desde 2018.
“Nuevas Victorias es un programa de tres años que incluye la construcción de 12.034 viviendas en 84 (de los 153) municipios, en 15 departamentos y dos regiones autónomas de Nicaragua”, reza la propaganda del régimen sandinista.
En contraste, Taiwán donó millones de dólares a Nicaragua para construcción de viviendas, donativos no préstamos.

Comienza la adquisición de deuda con China
“Son 400 millones de yuanes chinos, que equivalen a más de 60 millones de dólares”, celebró la vicedictadora Murillo.
El déficit habitacional en Nicaragua, uno de los tres países más pobres de América, junto con Haití y Venezuela, es de unas 957.000 viviendas, según datos oficiales.
Además, Nicaragua ha firmado un convenio de compra con la empresa china Yutong para adquirir 500 autobuses, que serán utilizados para el transporte colectivo.
Al igual que con los acuerdos de compra de buses a Rusia, los términos nicaragüenses para la distribución de los vehículos se manejan con total opacidad.
China está “abriendo una amplia posibilidad de financiamiento, de cooperación, bajo diferentes modalidades de financiamiento a cero tasas, financiamiento no reembolsable y demás financiamiento altamente concesional”, celebró el ministro nicaragüense de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, quien no ofreció detalles a la prensa oficialista, que tampoco los pide ni cuestiona nada.
Sin beneficio para Nicaragua
Fuera de los discursos oficiales, la visión de los expertos internacionales sobre el TLC y la relación política-comercial de Nicaragua con China es que hay poco margen de beneficio estratégico para el país centroamericano.
El tema fue abordado durante el foro China en América Latina: Realidad y Tendencias en Costa Rica y Centroamérica, promovido por Expediente Abierto y la Fundación Friedrich Naumann y realizado el 2 de agosto en San José, Costa Rica.
Basados en estudios de casos, investigaciones y seguimiento de datos, los especialistas evidenciaron que el principal beneficiado con estas alianzas políticas y comerciales siempre es China, en detrimento de los países socios.
Por ejemplo, Margaret Myers, directora del Programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, plantea que el tamaño del mercado de Centroamérica es minúsculo como para obtener beneficios de China, país a quien le interesa la región por una razón geopolítica de avanzar en la zona de influencia directa de Estados Unidos, el verdadero competidor de China en el mundo.
Félix Maradiaga, político nicaragüense y ex asesor de inversiones para una firma privada en China en 2015, señaló el caso de Costa Rica a modo de ejemplo.
Planteó que San José le vendió a China 461.95 millones en 2022, menos de los 600 millones de dólares que le vendió a Nicaragua en ese mismo lapso.
Al contrario, China le vendió a Costa Rica hasta 3,055 millones de dólares de sus productos.
Costa Rica solo coloca en ese mercado el 2.5 por ciento de sus exportaciones que el año pasado totalizaron 17,901 millones de dólares. Sin embargo, China le abastece el 13.2 por ciento de sus importaciones, factura que el año pasado totalizó 24,744 millones.

Nicaragua, “un socio barato”
“Eso es significativo, tomando en cuenta que Costa Rica es un mayor productor de bienes y servicios que Nicaragua y tiene una economía más sólida. ¿Cuánto le podrá vender Ortega a China en comparación a Costa Rica? No creo que supere los 300 millones de dólares en venta, mientras que el comercio entre Estados Unidos y Nicaragua alcanzó en 2022 un récord de US$8.304 millones, con lo cual no creo que Pekín sustituya a Washington en esa balanza”, dijo Maradiaga.
Para él, Nicaragua es un socio barato de China, en el sentido de que no le costará mucho a Pekín mantenerlo de aliado “aunque en términos comerciales las relaciones sean mínimas”.
El criterio entre los especialistas del foro, es que Nicaragua le podría ir peor que a Costa Rica en ese balance, ya que no goza del desarrollo industrial de Costa Rica ni de sus principios democráticos para fiscalizar los acuerdos comerciales.
María Catalina Micolta, de la Fundación Andrés Bello, expuso durante el foro que la mayoría de países de América Latina no logran conseguir el 100% de sus acuerdos con China, por la corrupción y enredos a los que suele acudir China en beneficio de sus empresas.
Una investigación que realizó la Fundación Andrés Bello que determinó que la mayoría de los proyectos que el gigante asiático desarrolló en Venezuela entre 2008 y 2022, por un monto total de 50 mil millones de dólares, no se concretaron.
De 81 proyectos financiados por China en Venezuela el 57 por ciento, no se concluyeron. Y 43 de los 81 proyecto presentaron irregularidades.
TLC sin transparencia ni fiscalización
El analista internacional Hernán Alberro, investigador independiente y administrador de la plataforma China Index, es del criterio que los TLC de China con otros países más débiles son básicamente “una barrera de protección para el mercado chino y un anzuelo para llenar los mercados socios de productos chinos de poca calidad”.
“Los acuerdos de TLC con China no son acuerdos de libre comercio, sino de restricción comercial de productos que China no va permitir ingresar a su territorio, son acuerdos generalmente más favorables a Pekín que vende productos baratos y de baja calidad que no puede vender a Europa o Estados Unidos, por los controles de calidad de esos mercados”, señala.
Según Alberro, en América Latina y los países africanos los TLC con China “generan un flujo contrario de comercio, es más lo que China vende que lo compra”.
Para el experto, otra característica que tienen en general los acuerdos de China con cualquier otro país de América Latina y de África, es la opacidad.
“Casi nunca se conocen los detalles ni las razones, muchos de esos detalles de letra menuda nunca se dan a conocer, son considerados políticas de seguridad prioritaria de China y no los revela, es usual en su política de comunicación no comunicar aspectos estratégicos de sus acuerdos con terceros y en Nicaragua encuentra terreno fértil para transparencia, porque Ortega aceptará sin resistencia cualquier comunicación que China decida”, señala.

Dictadura paga con su mejor moneda: lealtad y servilismo
Para el analista, Nicaragua no tiene mucho que vender a China dentro de un TLC.
“Su mejor producto que le vende a China es el discurso antiimperialista y su posición geopolítica, que es precaria en relación al poder real de Estados Unidos, es como una hormiga azuzando a un tigre”, dice.
Y retoma la cita de Maradiaga: “Nicaragua sí es un socio barato que no va costarle mucho a China, el acuerdo TLC es solo un memorando de cosas que China no va permitirle a Nicaragua vender en su país, cosas que usualmente no veo que Nicaragua pueda producir, como tecnologías o minerales de alto valor para la industria militar y tecnológica de china, o sea que Nicaragua le vende lealtad como a Rusia y pagará esa relación con su voto en sus foros a cambio de algunos millones, nada estratégico ni elemental”.