Una propuesta legislativa que busca imponer un impuesto de $10 a cada pasajero en tránsito por el Aeropuerto Internacional de Tocumen ha encendido el debate en Panamá y ha sido rechazada por diversos sectores empresariales, que temen un impacto negativo en la competitividad aeroportuaria del país.
El diputado Benicio Robinson, representante de Bocas del Toro, propuso la creación de la Tasa de Uso de Instalaciones Aeroportuarias en Tránsito (TUIAT), con el objetivo de generar ingresos destinados al mantenimiento y modernización de los aeropuertos panameños, así como a la creación de nuevas fuentes de empleo. De aprobarse, esta tasa dejaría una recaudación anual cercana a los $190 millones, considerando los niveles actuales de tráfico aéreo.
Solo entre enero y julio de 2025, el Aeropuerto Internacional de Tocumen movilizó 11.9 millones de pasajeros, un aumento del 7 % respecto al mismo periodo del año anterior. De esa cifra, el 74 % corresponde a pasajeros en vuelos de conexión, es decir, 1.3 millones de personas solo en julio. Esto consolida a Tocumen como uno de los principales hubs de conexión aérea en América Latina.
Empresarios rechazan tasa por afectar la competitividad
La propuesta, contenida en el Anteproyecto de Ley N.º 131, ha generado una respuesta contundente por parte de gremiales empresariales, que coinciden en que el impuesto a pasajeros en tránsito puede afectar la posición estratégica del Aeropuerto de Tocumen.
La Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE) expresó su rechazo total. “Esta tasa restará competitividad a nuestro aeropuerto, a nuestro centro internacional de conexiones y, definitivamente, al país”, advirtió Giulia De Sanctis, presidenta del gremio.
De igual forma, la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) se pronunció en contra de la iniciativa. Juan Arias, su presidente, señaló que imponer este tipo de cobros podría “ahuyentar aerolíneas y pasajeros” y afectar una estructura que ha sido clave para impulsar el turismo, el comercio y la inversión en Panamá. “No podemos matar a la gallina de los huevos de oro”, enfatizó.
Panamá ha logrado consolidarse como uno de los principales centros de transbordo aéreo de la región gracias a una estrategia de largo plazo respaldada por alianzas público-privadas. El hub aéreo de Tocumen ofrece conexiones directas con múltiples destinos internacionales, incluidos Europa y América del Sur, lo que ha favorecido el crecimiento del turismo y otros sectores productivos.
Arias insistió en que la conectividad aérea es un pilar esencial para el desarrollo económico panameño y que imponer nuevas cargas podría traer efectos negativos de gran impacto para el país.
La propuesta también ha sido rechazada por organizaciones del sector aéreo como la Asociación de Líneas Aéreas en Panamá (ALAP), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), que solicitaron formalmente el retiro del anteproyecto.
Estas organizaciones advierten que una medida de este tipo socava la competitividad regional de Panamá frente a otros aeropuertos en América Latina, en un momento en que la industria aérea global continúa recuperándose tras la pandemia y compite por atraer nuevas rutas y operadores.