Pollo Campestre, una receta de origen salvadoreño, ha comenzado a romper el dominio de su rival guatemalteco, Pollo Campero, tras superar el número de restaurantes y prepararse para una fuerte demanda con una planta de incubación de alta tecnología.
La marca salvadoreña, fundada hace 43 años en el departamento de San Miguel, a 3 horas desde la capital salvadoreña, incluso no teme a abrir un restaurante frente a su competidor y busca lugares estratégicos de mayor demanda, como el corredor de Surf City, un programa del gobierno para promocionar el turismo de playas.
Los números hablan por sí solos: tiene una cadena de 72 restaurantes y prepara el terreno para abrir 10 sucursales más. Con esto ya superó a Pollo Campero –propiedad de la centenaria multinacional Corporación Multi Inversiones (CMI)–, que recientemente abrió su sala número 70 en El Salvador.
El modelo incluye restaurantes y autoservicio, con un sistema de atención al cliente “familiar”.
Aunque la marca guatemalteca sigue siendo uno de los pesos pesados, Pollo Campestre se ha ganado un espacio en el corazón y las maletas de los salvadoreños. En 2022 abrió una sala de ventas en el Aeropuerto Internacional de El Salvador, donde entrega las tradicionales bolsas grandes para viaje.

El éxito de la empresa salvadoreña es la fe en Dios y la “nuestra gente que marca la diferencia”, afirmó Gloria de Romero, fundadora de Pollo Campestre. La empresaria inició junto con su fallecido esposo, Mario Romero, una pequeña panadería en 1982 y en 1987 comenzaron a vender pollo frito.
Antes de echar vuelo hacia el mercado estadounidense, la empresa prefiere quedarse con el negocio de venta de paquetes como productos nostálgicos y crecer en El Salvador, donde, aseguró, aún hay “campo para seguir creciendo”.
Esa pequeña panadería, que tuvo un capital inicial de 150 colones ($17.50) es conocida en El Salvador como Panadería Sinaí, uno de los mayores distribuidores del mercado, mientras que Pollo Campestre afianza su presencia con la reciente construcción de una planta de alta tecnología de incubadora para atender la demanda de la cadena de restaurantes, así como vender a terceros.

El grupo salvadoreño invirtió $8 millones para importar un diseño prefabricado y la tecnología desde Holanda para instalar la planta con una capacidad para incubar 1.2 millones de pollos mensuales en una primera etapa, mientras que para los próximos tres años esperan incrementar a 4 millones.
Sergio Romero, director de la unidad de negocios Avicultura & Energía de Avícola Campestre e hijo de la fundadora, aseguró que son la primera planta en incorporar un sistema de alimentación temprana en Centroamérica, que garantiza que el pollo comienza a consumir nutrientes desde que sale del cascarón, un modelo solo disponible actualmente en Estados Unidos, Perú y Canadá.
Dicha planta es una inversión de Avícola Campestre, una división creada por Pollo Campestre para garantizar el suministro de pollo a los restaurantes. El grupo también tiene una línea de negocios de generación de energía solar en las granjas avícolas y biogás.
El ejecutivo se mostró consciente de qué “Campestre es una empresa que ha crecido desde la crisis”, a diferencia de otras marcas en el mercado salvadoreño con respaldo de grupos internacionales.