Latinoamérica cierra el 2025 con fuertes diferencias salariales y con varios países de Centroamérica ubicados entre los que mantienen ingresos mínimos insuficientes frente al alto costo de vida, según Bloomberg. La combinación de inflación, informalidad y escaso crecimiento económico agrava la situación en toda la región.
Los salarios más bajos del continente se concentran en países con crisis prolongadas o mercados cambiarios distorsionados. Venezuela continúa encabezando la lista con un salario mínimo oficial de $0,51, muy por debajo del costo de la canasta básica incluso con bonos adicionales.
En Cuba también se registra una profunda brecha entre el salario oficial, de $87, y el mercado informal, donde el ingreso mínimo real cae a US$4,66. Para la mayoría de los hogares, cubrir la canasta básica requiere varios salarios completos, según reportes locales.
Los más bajos
En Centroamérica, Nicaragua mantiene un salario mínimo promedio de $241, con diferencias marcadas entre sectores como construcción (US$362) y agricultura (US$160). A pesar de los ajustes anuales, el ingreso sigue siendo limitado frente al aumento de precios.

El Salvador presenta salarios mínimos diferenciados por actividad, que van desde $305.23 en agro y pesca hasta US$408,80 en comercio y servicios. Aunque los incrementos han sido constantes, la capacidad de compra continúa siendo un reto para miles de familias.
Otros países latinoamericanos también reportan remuneraciones reducidas. Argentina registra U$231, afectado por una inflación anual superior al 40%, mientras Bolivia muestra un salario mínimo oficial de US$397, que se reduce a US$283,8 al calcularlo al tipo de cambio paralelo.
La Cepal advierte que estas diferencias salariales están directamente ligadas a los altos niveles de desigualdad en la región. En 2024, el índice de Gini alcanzó 0,452, con Colombia, Panamá y Brasil entre los países con mayor desigualdad, lo que continúa afectando el desarrollo económico y social del continente.







