La inteligencia artificial potencia el cibercrimen y deja expuesta a Centroamérica

La IA no solo acelera la transformación digital, sino que también facilita ataques más sofisticados, rápidos y difíciles de detectar, en una región donde muchos Estados aún no están preparados para enfrentarlos.

La IA facilita ataques más sofisticados, rápidos y difíciles de detectar.

La rápida adopción de la inteligencia artificial (IA) en América Latina y el Caribe está abriendo una nueva puerta al cibercrimen, de acuerdo a un último informe que revela la evolución de los ataques y la vulnerabilidad del sistema.

Según un informe regional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de Estados Americanos (OEA), la IA no solo acelera la transformación digital, sino que también facilita ataques más sofisticados, rápidos y difíciles de detectar, en una región donde muchos Estados aún no están preparados para enfrentarlos.

La IA ya se utiliza para automatizar estafas, crear correos de phishing casi indistinguibles de mensajes reales y generar código malicioso en cuestión de segundos. El informe advierte que estas herramientas permiten que delincuentes con poca experiencia ejecuten ataques complejos, ampliando el universo de actores criminales en el ciberespacio.

Centroamérica enfrenta estos riesgos en un contexto de alta digitalización pero baja capacidad de respuesta. Países como Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá han avanzado en servicios digitales públicos, pero no todos cuentan con marcos sólidos de ciberseguridad ni con equipos especializados suficientes para responder a incidentes graves.

Muchas persoanas están usando la IA para cometer delitos.

 

El caso de Costa Rica

Uno de los ejemplos más citados en la región es Costa Rica, que en 2022 declaró estado de emergencia nacional tras un ataque ransomware que paralizó ministerios clave y afectó servicios públicos. El informe señala que ataques de este tipo podrían repetirse y agravarse con el uso de IA, al reducir tiempos de ataque y aumentar el impacto.

La amenaza no se limita a gobiernos. Sistemas de salud, energía, banca y telecomunicaciones, muchos de ellos interconectados a nivel regional, son blancos cada vez más atractivos. La IA también permite ataques a infraestructuras críticas, donde una falla digital puede tener consecuencias económicas y sociales inmediatas.

Otro riesgo creciente es la proliferación de deepfakes, audios y videos falsos creados con IA que pueden utilizarse para fraudes financieros, extorsión o desinformación política. El informe advierte que estos contenidos son cada vez más difíciles de detectar, lo que complica la respuesta de autoridades y medios de comunicación.

Alta vulnerabillidad

Además, muchos países centroamericanos dependen de tecnologías, plataformas y servicios en la nube desarrollados fuera de la región, lo que amplía la superficie de ataque y genera vulnerabilidades en las cadenas de suministro digital. Un ataque en un proveedor externo puede afectar simultáneamente a varias instituciones locales.

El documento subraya que, frente a este escenario, la región necesita políticas urgentes de gobernanza de la IA, inversión en ciberseguridad, capacitación de talento especializado y cooperación regional. Sin estas medidas, la inteligencia artificial corre el riesgo de convertirse en un acelerador del delito digital, más que en una herramienta de desarrollo.

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