La importación masiva de productos lácteos importados está ahogando a los productores panameños, quienes se enfrentan una menor demanda en el mercado y temen la pérdida de 15,000 empleos que dependen del sector, advirtió la Asociación Nacional de Procesadores de Leche (Anaprole).
La gremial, conformada por nueve de las mayores empresas procesadoras de Panamá, indicó que los productos lácteos y sucedáneos ingresan al mercado panameño con esquemas flexibles, por lo cual tienen precios más competitivos y desplazan a la producción interna.
Al término de 2024, las importaciones de estos productos superaron los $100 millones.
“Este hecho pone en riesgo la comercialización de nuestra leche cruda producida en fincas nacionales, impactando negativamente los ingresos de los productores locales y debilitando la estabilidad del sector lácteo, lo que pone en riesgo más de 15,000 empleos que genera el sector lechero del país en toda su cadena de valor”, sostuvo en un comunicado.
El sector recibió como un golpe en el estómago el anuncio del gigante de alimentos Nestlé, quien la semana pasado avisó que reducirá temporalmente la producción de leche evaporada en Panamá en su fábrica de Natá de los Caballeros, debido a la baja demanda por la incidencia de sustitutos de importación.
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Mercado abierto para EE. UU.
Anaprole prevé un escenario más complicado, ya que en 2028 quedará abierto por completo el mercado para recibir más productos importados a través del Tratado de Promoción Comercial (TPC), firmado entre Panamá y Estados Unidos.
El gremio estima que los productos estadounidenses importados son en promedio 30 % más baratos que la producción panameña, ya que los productores en la gran economía del mundo tienen subsidios que abaratan los costos operativos.
“En reiteradas oportunidades se ha hecho eco de la insostenibilidad de la industria si la demanda de producto nacional no mejora, un aspecto que se agrava con la caída del poder adquisitivo de los panameños y el creciente desempleo”, agregó la gremial creada en 1993.
Anaprole insistió en establecer un diálogo con el gobierno para promover medidas que permitan la sostenibilidad y la rentabilidad del sector de lácteos, priorizando la producción y el consumo interno.
Sin embargo, el gobierno panameño tendrá poco margen de maniobra en negociaciones con Estados Unidos en favor del sector lechero en medio de sucesivas polémicas por el control del canal de Panamá, ya que Washington insiste en tomar la operación de la terminal que atienden el 5 % del comercio mundial marítimo bajo el argumento de injerencia china.