Las exportaciones de camarón hondureño cayeron un 67% en volumen y un 78% en ingresos desde que el gobierno de Xiomara Castro rompió relaciones con Taiwán y las estableció con la República Popular China, según datos de la Asociación Nacional de Acuicultores de Honduras (Andah), citados por el diario El Heraldo en una artículo titulado “El mercado chino: una farsa para los camaroneros de Honduras”.
“La camaricultura, que para el 2022 era una industria rebosante, sin embargo se desplomó a condiciones paupérrimas en el 2024 luego que el gobierno siguiendo su línea ideológica decidiera romper relaciones con Taiwán para luego retozar con la China Continental”, dice el reconocido diario de Tegucigalpa.
En 2022 cuando estaba abierto el mercado de taiwanés, según datos de Andah, se exportó un volumen de 25.8 millones de libras de camarón. Una vez rota las relaciones las exportaciones comenzaron a caer. En el 2022 se exportaron a los diferentes mercados 25.8 millones de libras, en el 2023 solo se vendieron 23.2 millones de libras y en el 2024 únicamente 8.4 millones. Eso significa que desde la ruptura de relaciones con Taiwán el volumen de exportaciones cayó un 67%.
La diferencia abismal también se reflejó en la caída de las divisas. En el 2022 las exportaciones alcanzaron un valor de 94.3 millones de dólares, en el 2023 un total de 72.3 millones y para el 2024 la caída llegó a los 20.8 millones. La caída en el ingreso por divisas se eleva a un 78% de los ingresos de Honduras.
Taiwán compraba la inmensa mayoría de camarones hondureños e incluso dio asistencia técnica a los cultivos de camarón en el sur del país. El gobierno de Xiomara Castro rompió relaciones con Taiwán y además, renunció al Tratado de Libre Comercio con ese país, alegando que el mercado taiwanés sería sustituido por el chino, algo que nunca sucedió.
“Es una disminución exagerada. Porcentualmente hablando las exportaciones han caído en 70 millones de dólares. O sea que las divisas cayeron en un 78%”, confirmó Javier Amador, director ejecutivo de la Andah.
Amador sostuvo que “nadie rompe relaciones diplomáticas con un país y abre con otro sin medir las consecuencias. El deber de todo gobierno es crear condiciones apropiadas, sin poner en riesgo las industrias y el desarrollo de la nación”.
Cuando mezclaron la ideología con el comercio ellos impusieron su agenda ideológica y “nos metieron en una situación caótica”, lamentó Amador.
Según Wilmer Cruz, presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Acuicultores del Sur (Apemasur) en el 2023 y 2024 los camaroneros no solo tuvieron que lidiar con la pérdida del mercado taiwanés, sino también con la prohibición del ingreso al mercado mejicano, así como con el cambio climático.
El impacto sobre la industria ha sido fatal, unas 75 fincas cerraron y otras 20 lo hicieron por las inundaciones como consecuencia unos 3.000 empleos no se han recuperado. “Y no creo que los recuperemos tan rápido”, relató Amador.
“El 2024 fue crítico para los pequeños y medianos camaroneros, uno por la pérdida de dos mercados importantes y otro por la muerte del camarón debido también a las temperaturas”, lamentó Cruz.
Agregó que en la zona sur hay unas 400 empresas camaroneras entre pequeñas, medianas y grandes, pero en el 2024 unas 50 fincas de los pequeños y medianos productores no reabrieron y debido a los daños dejados por la tormenta Sara otras 37 perdieron todo y cerraron. En cuanto a los grandes productores hay otras dos fincas cerradas, afirmó
“Nosotros no pudimos sacar este camarón antes de tiempo, producto que no teníamos en el mercado, y no lo pudimos sacarlo a las plantas porque no había plantas de proceso disponibles tampoco. Es que aún están llenas las plantas de camarón, que no nos están maquilando”.
Cruz aseguró que los daños a la producción y el cierre del mercado de Taiwán y el cierre temporal de las ventas en México redujeron excesivamente la producción y las exportaciones.
Cruz lamentó que el gobierno hable del gran mercado chino, cuando ahí en 2024 solo se exportaron dos contenedores, o sea unas 80 mil libras, cuando el acuerdo estipulaba el envío de al menos 250 contenedores.
Para Cruz, “el mercado chino es una farsa”.
“No es que no comprendo, sino que ellos quieren demasiado barato El precio que ofrecen no llega ni al 35 ó 40% del que ofrece Taiwán”, detalló Cruz.
Taiwán sigue comprando un 20 por ciento de la cantidad del producto que adquiriría antes, pero los exportadores tienen que pagar un arancel del 20% por lo cual consideran que el negocio ya no es atractivo.
Según Amador, Taiwán pagaba un mejor precio. De acuerdo con Javier Amador, director ejecutivo de la Andah, aun pagando un 20 por ciento de arancel es más conveniente venderle a Taiwán que a la China Continental.