El Salvador ha recibido $379.8 millones en remesas familiares a través de billeteras en criptomonedas desde septiembre de 2021, cuando el país se convirtió en el primero del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
El registro comenzó con el lanzamiento del sistema en 2021, cuando ingresaron $44.5 millones en remesas mediante estas plataformas. El monto más alto se alcanzó en 2022, con $126.7 millones, pero a partir de entonces las cifras se han mantenido a la baja. En 2023 fueron $82.9 millones, y en 2024, $85.5 millones.
Durante los primeros nueve meses de 2025, las remesas en criptomonedas totalizan $40.2 millones, lo que representa una caída del 37.7 % frente a los $64.5 millones registrados en el mismo período del año anterior.
Pese a la expectativa inicial de que el bitcoin reduciría los costos de envío y facilitaría el acceso a los servicios financieros, su participación en el flujo total de remesas ha sido marginal. De acuerdo con el BCR, las transferencias realizadas mediante billeteras digitales nunca superaron el 2 % del total y, en lo que va de 2025, representan solo el 0.5 % de los más de $7,354.3 millones captados.
Entretanto, las empresas remesadoras y los bancos concentran el 72 % del total recibido.
Una encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA), publicada en enero de 2025, evidenció que el uso del bitcoin en el país sigue siendo reducido, pues solo un 8.1 % de la población lo utilizó durante 2024, con un promedio de 14 transacciones al año.
El bitcoin se mantiene como uno de los temas más controversiales en la relación entre el gobierno salvadoreño y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En medio de las negociaciones por un acuerdo financiero de $1,400 millones, el Ejecutivo presentó una reforma para eliminar la categoría de moneda de curso legal y suprimir la posibilidad de pagar impuestos con criptomonedas, con lo cual el país marca distancia de su experimento financiero más emblemático.







