Costa Rica tiene la mayor cobertura de cotización de un sistema de pensiones de Centroamérica, de un 66.1 %, destacó un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El documento, titulado ‘América Latina y el Caribe a 30 años de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social: hacia un pacto mundial por el desarrollo social inclusivo’, destaca que en dos décadas la cobertura del sistema de pensiones creció en 17.4 puntos porcentuales en Costa Rica, al pasar de un 48.7 % en 2000 a un 66.1 % en 2022, último año incluido en el reporte.
Panamá tiene una cobertura de un 60.2 %, al menos 6.7 puntos porcentuales más que en 2000.
En el resto de la región, la tasa de cobertura no supera la tercera parte de la población y muestra lentos avances, un reflejo de la alta participación de la informalidad en la economía y los sistemas excluyentes.
Peores coberturas
Según el reporte de la CEPAL, El Salvador tiene la tercera tasa en 28.4 %, pero apenas creció en 5 % en las últimas dos décadas. Nicaragua alcanza una cobertura de 23.5 %, al menos 7.4 % más que en el 2000.
Guatemala y Honduras quedan con mayor rezago, de un 18.5 5 y un 16.3 %, respectivamente. En el caso guatemalteco, según el reporte, hubo un retroceso desde el 25.2 % registrado hace 22 años, al igual que la economía hondureña que documentó una cobertura de un 18.7 %.
Uno de los temas que más preocupa a la población y que más presión ponen en las cuentas fiscales son precisamente las pensiones, ya que los sistemas en Centroamérica son insuficientes para garantizar un retiro digno para las personas al finalizar la vida laboral.
Esta brecha se agrava cuando las economías dependen más de la informalidad, como Honduras y Guatemala, que tienen las tasas más altas de América Latina por arriba del 80 %. De esa manera, los trabajadores, que se desempeñan en puestos precarios y con nulas prestaciones sociales, no tienen la oportunidad de ahorrar para su vejez y prologan su vida laboral.
“Los altos niveles de informalidad, entre otros factores, son un rasgo estructural de los mercados laborales regionales, lo que da lugar a bajas tasas de cotización y, por consiguiente, coberturas contributivas limitadas”, señala la CEPAL.
En América Latina, los sistemas de pensiones cubrían un 35 % de la población a inicios del siglo XXI, una tasa que subió a un 47.9 % en 2022.