La pobreza por ingresos en Costa Rica disminuyó del 21,8 % en 2023 al 18 % en 2024, un cambio estadísticamente significativo que permitió que 63,000 hogares salieran de esa condición.
Sin embargo, el Informe del Estado de la Nación 2025 sostiene que la mejora responde a factores “endebles”, ajenos al crecimiento económico y al empleo formal.
El documento explica 3 elementos que ayudaron en esta reducción. Uno de ellos es el aumento en ingresos laborales de origen principalmente informal.
Los otros dos son cambios en la composición de los hogares y un incremento de transferencias no registradas, cuyo origen no puede determinarse.
Avance sin bases estructurales
El informe subraya que más del 60 % de la reducción de la pobreza provino de factores no estructurales.
A diferencia de 2007 —cuando el PIB creció 8,2 %, se generaron 96,000 empleos formales y se reforzaron programas sociales—, en 2024 la economía creció 4,3 %.
Esta vez, impulsada por sectores de alta calificación que no absorben a la mayoría de personas con menores ingresos.
Aunque se crearon 105.000 puestos de trabajo, el estudio señala que se trató de un “efecto rebote” tras la contracción de 2023.
Además, la tasa de participación laboral se mantuvo en 54%, una de las más bajas desde los años noventa, y la informalidad continúa en proceso de recuperación tras la pandemia.
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Transferencias difusas
Según el informe, el 72 % de los hogares que salieron de la pobreza en 2024 lo hicieron por aumentos en ingresos laborales.
No obstante, esos ingresos, en su mayoría, provinieron de empleos informales o de baja productividad. Además, el porcentaje de personas calificadas en la informalidad subió de 29 % en 2019 a 34 % en 2024.
El 24,4 % de la mejora se relaciona con la reducción del tamaño de los hogares. Ese ajuste eleva el ingreso per cápita sin que aumente necesariamente el ingreso total.
El tercer factor corresponde a las transferencias no registradas, que explican el 20,9 % de la variación.
Esta categoría incluye apoyos no monetarios como alimentos o servicios pagados por terceros, así como ayudas en dinero de familiares, iglesias u organizaciones sociales.
“No existe forma de determinar cómo reciben los hogares esas transferencias”, explicó Natalia Morales, investigadora del Programa Estado de la Nación.
Añadió que la Encuesta Nacional de Hogares del INEC no registra el origen ni la naturaleza de estos ingresos.

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Diferencias regionales
El informe indica que en zonas urbanas el principal motor de reducción fue el empleo informal, mientras que en regiones rurales y costeras tuvieron mayor peso las transferencias no registradas y las pensiones contributivas.
La comparación histórica muestra que, a diferencia de 2007, la reducción reciente refleja “ajustes temporales del ingreso y la composición familiar”, no mejoras estructurales del mercado laboral ni de la política social.
El Estado de la Nación insiste en que la generación de empleo de calidad, así como el acceso equitativo a educación y capacitación, siguen siendo los pilares fundamentales para una reducción sostenible de la pobreza.
Nuevos datos del INEC para 2025
La Encuesta Nacional de Hogares 2025 confirma la tendencia a la baja: la pobreza se ubicó en 15,2 % de los hogares, 2,8 puntos menos que el año anterior.
Esto representa 286.365 hogares en condición de pobreza, con 40.716 menos que en 2024. La pobreza extrema cayó a 3,8 %.
Las regiones más afectadas continúan siendo Huetar Caribe, Brunca y Huetar Norte, mientras que la pobreza multidimensional permanece estable en 9,9 %.
El ingreso promedio por hogar alcanzó aproximadamente 2.400 dólares mensuales, un aumento del 8,1 % respecto a 2024.







