Costa Rica dio un paso para regular la crianza y la comercialización de perros y gatos con la entrada en vigencia del Decreto Ejecutivo N.° 45344-MAG, una normativa que establece reglas claras para una actividad que ya opera en el país.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) explicó que la falta de controles, sumada a la baja práctica de castración y a la venta informal de mascotas, ha contribuido a la sobrepoblación de animales, lo que se traduce en más perros y gatos abandonados o en condición de calle. Con el nuevo reglamento, se busca ordenar el sector y promover prácticas responsables tanto en la reproducción como en la comercialización.
Víctor Julio Carvajal, ministro de Agricultura y Ganadería, señaló que el reglamento permitirá un manejo más responsable de los establecimientos dedicados a esta actividad, en beneficio directo del bienestar animal y de la salud pública.
Nuevas normas
La normativa establece como requisito central la obtención del Certificado Veterinario de Operación, además de la supervisión veterinaria permanente, el registro médico de cada animal y la trazabilidad de las ventas.
También fija condiciones mínimas de infraestructura, alimentación, acceso permanente al agua y espacios adecuados para el descanso y el ejercicio, con el fin de garantizar un desarrollo acorde con las necesidades de cada especie.
Según el reglamento, los lugares de crianza deben tener condiciones mínimas, entre ellas contar con iluminación adecuada que permita la observación permanente de los animales, recintos equipados con camas que garanticen confort térmico, movilidad y aislamiento del suelo, así como la implementación de un plan nutricional acorde a cada especie y etapa de desarrollo.
Además, se exige el acceso continuo al agua durante las 24 horas del día y la disposición de espacios y tiempos suficientes para el ejercicio, con el fin de que perros y gatos puedan desarrollar comportamientos naturales propios de su raza y especie.
La fiscalización quedará a cargo del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), que tendrá la potestad de aplicar sanciones e incluso establecer responsabilidades penales tras un período de seis meses de adaptación.
Las autoridades tomaron como referencia datos de la Encuesta Nacional de Hogares 2024, que revelan que el 62 % de los hogares costarricenses tiene al menos un perro o un gato como mascota, pero que los niveles de castración siguen siendo bajos, especialmente en el caso de los perros.







