El ingreso de remesas familiares en los siete países que conforman Centroamérica romperá récord este 2023 al superar los $43,977 millones, según proyecciones publicadas este jueves por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El multilateral prevé que las remesas en América Latina y el Caribe superen la cota de los $155,908 millones al cierre de 2023, con una tasa de crecimiento de un 9.5 % respecto a 2022. De esta suma, un 28.2 % llegará a la región centroamericana, donde experimentará una expansión de un 13.2 %.
Nicaragua marcará un crecimiento récord, estimado por el BID en un 59 % y llegará a $5,198 millones al cierre de 2023. Costa Rica tendrá la segunda tasa de mayor dinamismo, en un 17.3 %, al recibir $675 millones.
Las remesas a Guatemala crecerán un 10.8 % y llegarán a $19,982 millones, mientras que en Honduras la dinámica será de un 7.9 %, con $9,369 millones. El Salvador recibirá $8,198 millones, un 5.9 % de variación.
Panamá recibirá $493 millones en remesas, un 5 % de crecimiento, y Belice, con un $134 millones, crecerá un 6.2 %.
Las remesas son uno de los principales motores de la economía de los países del Triángulo Norte de Centroamérica, mientras que en Costa Rica y Panamá comienza a tener más peso.
Estos capitales representan hasta un 29.7 % del Producto Interno Bruto (PIB) en Nicaragua, donde las remesas crecen aceleradamente por el éxodo migratorio exacerbado por la crisis política y económica que se vive desde 2018.
En Honduras las remesas representan un 27.3 % del PIB, seguido de El Salvador con un 24.3 % y en Guatemala un 19.5 %. En tanto, en Costa Rica apenas equivale a un 0.9 % de su PIB y en Panamá un 0.6 %.
El BID cita que a agosto de 2023 la población migrante de América Latina y el Caribe en Estados Unidos llegó a 23.1 millones, un incremento de un 2.3 % respecto al cierre de 2022. Los mayores incrementos en el flujo migratorio se observa en los ciudadanos del Caribe, con un aumento de un 8.6 %, principalmente por los ciudadanos de Haití.
Los migrantes sudamericanos crecieron un 5.4 %, en su mayoría por venezolanos, colombianos y brasileños. Entretanto, de Centroamérica se observó un dinamismo de un 1.2 %, donde los guatemaltecos mostraron un repunte de un 22.5 %.
En su análisis, el BID señala que el flujo migratorio no se traduce inmediatamente en remesas pues las personas primero deben instalarse y encontrar un empleo. Además, si solicitan asilo, no pueden trabajar hasta ser aceptados en el programa.