El Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH) expresó este miércoles su preocupación ante el acelerado deterioro institucional que atraviesa el país, lo cual podría desencadenar efectos negativos fiscales, económicos y sociales en el corto y mediano plazo.
La organización advirtió que Honduras vive un escenario de fragilidad democrática, donde la inestabilidad política, el bloqueo legislativo y la crisis en los organismos electorales han erosionado los contrapesos institucionales, poniendo en riesgo la gobernabilidad y la confianza pública.
Durante los últimos meses, el riesgo país ha mostrado señales de vulnerabilidad asociadas a este clima de incertidumbre. Según FOSDEH, la disfuncionalidad del Congreso, las tensiones en el sistema electoral y el debilitamiento de las instituciones de seguridad y justicia configuran un proceso de desinstitucionalización que impacta directamente en el entorno macroeconómico.
“El riesgo político no es una categoría superflua: se traduce en riesgo fiscal y monetario”, advirtió FOSDEH, al tiempo que señaló que la incertidumbre en la conducción del Estado genera mayores costos financieros, desincentiva la inversión extranjera, restringe el acceso al crédito internacional y compromete la capacidad del país para cumplir sus obligaciones tanto nacionales como internacionales.
A criterio del organismo, este contexto afecta gravemente la credibilidad de Honduras ante sus socios financieros y multilaterales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en momentos donde el país depende de apoyo externo para sostener su desarrollo económico.
En especial, FOSDEH advierte que, de no adoptarse medidas urgentes, estos factores podrían deteriorar los indicadores de sostenibilidad fiscal y agravar el escenario de deuda pública, justo cuando Honduras se prepara para afrontar compromisos clave en 2026.
El organismo señaló también que esta situación incrementa la desconfianza en los mercados financieros, lo que impacta en las tasas de interés y complica aún más la posibilidad de acceder a financiamiento internacional en condiciones favorables. Esto, sumado a la debilidad institucional, limita la ejecución de políticas públicas efectivas.
FOSDEH llamó a la responsabilidad de los actores políticos e institucionales para detener el proceso de deterioro institucional.
“Urge restablecer la operatividad de los poderes del Estado, garantizar la independencia de los órganos de control y fortalecer los mecanismos democráticos”, concluyó el pronunciamiento.







