El Colectivo Nicaragua Nunca Más denunció este jueves que más de 800,000 nicaragüenses se han visto forzados a abandonar el país en los últimos años, producto de la represión política, la persecución y la falta de libertades bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Con motivo del Día Internacional del Migrante, la organización recordó que esta migración no responde a una elección voluntaria, sino que representa “una forma de supervivencia frente a la violencia estatal”. El colectivo subrayó que este fenómeno empobrece aún más a Nicaragua, al provocar la fuga de talento humano necesario para el desarrollo de la nación.
“El éxodo masivo demuestra los efectos sociales de una dictadura responsable del asesinato de 355 nicaragüenses en 2018 y de destruir al país”, señaló el colectivo en un comunicado público. También advirtió que las personas migrantes enfrentan condiciones de precariedad, discriminación y separación familiar, además de crecer lejos de su tierra natal.
Desde 2018, la dictadura ha confiscado y cerrado 5,651 organizaciones de la sociedad civil y 41 universidades. Además, ha desnacionalizado a 492 ciudadanos, ha forzado al exilio a más de 307 periodistas y religiosos, y ha confiscado propiedades por un valor estimado en $250 millones, según datos del colectivo.
La organización denunció que la política de destierro incluye impedir el ingreso al país de ciudadanos críticos, lo que ha generado una “apatridia de facto” y una violación sistemática a los derechos fundamentales.
En este contexto, el colectivo pidió a la comunidad internacional denunciar esta práctica como una política de Estado, exigir justicia por los crímenes de lesa humanidad y garantizar mecanismos de refugio y protección para los exiliados nicaragüenses.
“La migración forzada es testimonio de la represión, pero también de la esperanza de reconstruir un futuro en libertad y justicia para todos y todas”, concluyó el comunicado.







