La Arquidiócesis de Managua informó del fallecimiento del sacerdote nicaragüense Mario de Jesús Guevara Calero, de 66 años. Él se desempeñaba como director espiritual del Seminario Mayor Arquidiocesano La Purísima, en la capital nicaragüense.
“Con profundo sentimiento de fe y esperanza en la vida eterna, comunicamos el sensible fallecimiento del presbítero Mario de Jesús Guevara Calero”, indicó la Arquidiócesis en una nota de duelo difundida la noche del domingo.
El cardenal Leopoldo José Brenes, arzobispo metropolitano de Managua, junto con el clero arquidiocesano, expresó sus condolencias a los familiares del sacerdote. También lo hizo con la comunidad eclesial que acompañó su ministerio.
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Honras fúnebres
El velorio del padre Guevara se celebra este lunes 13 de octubre en la Parroquia Inmaculada Concepción de María, en el municipio de La Concepción, Masaya, su localidad natal.
La misa de cuerpo presente está programada para la 1:00 p.m., seguida del sepelio en el cementerio municipal.
El Seminario Mayor Arquidiocesano La Purísima celebró desde tempranas horas una misa de exequias por su eterno descanso.
El padre Guevara fue víctima de un ataque con ácido sulfúrico el 5 de diciembre de 2018. Esto ocurrió mientras confesaba a una mujer de nacionalidad rusa, Elis Leonidovna Gonn, en la Catedral de Managua.
Según fuentes eclesiásticas, después del atentado el sacerdote nicaragüense desmejoró notablemente su salud y sus condiciones de vida, pues nunca llegó a recuperarse del trauma y las secuelas.
El ataque que marcó su vida
La agresora le roció el rostro, los brazos y los pies con el químico, provocándole graves lesiones que afectaron su salud durante los años siguientes.
El caso causó conmoción nacional. Se produjo en medio de la crisis sociopolítica iniciada en abril de 2018, cuando el régimen de Daniel Ortega acusó a sacerdotes y obispos de apoyar un supuesto “golpe de Estado”.
Leonidovna Gonn fue declarada culpable en abril de 2019 por lesiones graves y exposición de personas al peligro. Según las autoridades de entonces, la mujer alegó que “el diablo le ordenó atacar al sacerdote”.
La Arquidiócesis recordó al padre Guevara como “un hombre de profunda fe, servicio y entrega generosa a la Iglesia”, y pidió oraciones por el descanso de su alma.