De acuerdo con el Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC), Honduras solo superará a Nicaragua y Belice en flujo de viajeros, mientras que Panamá, Costa Rica, El Salvador y Guatemala marcarán la pauta del crecimiento en la región.
El documento indica que las terminales hondureñas —especialmente Palmerola, en Comayagua, y Ramón Villeda Morales, en San Pedro Sula— incrementarán el tránsito de pasajeros de 1.4 millones actuales a un rango de entre 3.3 y 4.8 millones hacia 2045.

Sin embargo, esta cifra quedará muy por debajo de Panamá, con una proyección de 48.1 millones; Costa Rica, con 20.8 millones; El Salvador, con 12.8 millones, y Guatemala, con 9 millones.
En general, Centroamérica duplicará o incluso triplicará su tráfico aéreo en los próximos 20 años, con tasas de crecimiento de entre 4% y 6% anual, dependiendo de la infraestructura, conectividad y regulaciones que impulse cada país.

En Honduras, las autoridades han apostado por la modernización de aeropuertos. La ampliación de la terminal de San Pedro Sula permitió sumar vuelos internacionales hacia España y Estados Unidos, mientras que Palmerola, operado por un consorcio privado, busca atraer nuevas rutas.
A menor escala, Roatán y La Ceiba mantienen vuelos al extranjero, mientras que Toncontín fue limitado a operaciones locales tras la apertura de Palmerola.
Falta de inversión
El informe también destaca que los factores clave para el crecimiento aéreo en la región incluyen inversiones en infraestructura, la apertura de nuevas rutas internacionales, la estabilidad macroeconómica, la competitividad regulatoria y el impulso del turismo.
No obstante, aclara que las proyecciones no contemplan crisis imprevistas como pandemias, conflictos armados o desastres naturales.

Los datos, basados en información de autoridades aeroportuarias de la región y organismos internacionales, buscan orientar decisiones de inversión, apertura de rutas y mejoras en servicios complementarios, como logística y turismo.
En ese escenario, Honduras se enfrenta al desafío de acelerar sus políticas de conectividad si busca posicionarse de manera más competitiva en el mapa aéreo centroamericano.