San Juan, Puerto Rico, vive un fenómenos económico y cultural sin precedentes gracias a Bad Bunny. La serie de conciertos del artista, cocida como “La Residencia”, no solo llena estadios, sino que también dinamiza la economía de la isla en una época en la que el turismo suele estar en declive, según un amplio reportaje de The New York Times.
El “Conejo Malo” está ofreciendo 30 presentaciones durante tres meses en el Coliseo José Miguel Agrelot de San Juan. Según estimaciones de Moody´s Analytics, estos conciertos dejarán un impacto económico directo de 250 millones de dólares y un gasto total que podría alcanzar los 400 millones.
Ocurre en plena temporada de huracanes, cuando la actividad turística normalmente cae entre un 25 % y 45 % y los hoteles reducen sus precios hasta en un 50 %.
El alcance económico es amplio. Los ingresos por alquiler a corto plazo en San Juan se han duplicado respecto al año pasado, mientras que 34 hoteles asociados al evento se agotaron en solo 35 horas.

Según The New York Times, la llegada de unos 600 mil asistentes también beneficia a restaurantes, transporte, comercio local y a pequeñas empresas que han sabido aprovechar la oportunidad.
En las primeras nueve noches de conciertos, se vendieron 80 mil entradas exclusivas para residentes, generando 11 millones de dólares en ingresos. Posteriormente, otras 400 mil entradas destinadas al público general se agotaron en apenas cuatro horas.

Este nivel de demanda ha generado empleos temporales y un repunte en las ventas de negocios en zonas poco acostumbradas al turismo.
Equivalente a eventos internacionales multitudinarios
El fenómeno Bad Bunny es comparado por especialistas con eventos de gran escala internacional, como los Juegos Olímpicos o el Super Bowl, pero con la particularidad de extenderse durante tres meses en una sola ciudad.
Según AirDNA, que analiza alquileres vacacionales, es la primera vez que se observa un impulso económico de esta magnitud sostenido en un mismo destino.

El impacto también se refleja en la vida cotidiana. Comerciantes locales reportan incrementos históricos en sus ventas, al punto de duplicar en seis meses lo que facturaron en todo el año pasado.
“Antes de junio tenía solo dos empleados, ahora contraté a cuatro más”, explicó un empresario textil de San Juan a The New York Times, evidenciando como el efecto Bad Bunny se traduce en empleo y movimiento económico.
We took a trip to Bad Bunny’s (@sanbenito) residency in Puerto Rico.
There is no concert quite like it.
More from the night: https://t.co/sNr5Q61Dfi pic.twitter.com/53g0Aghnkq
— Rolling Stone (@RollingStone) July 28, 2025
Moody´s incluso revisó al alza su proyección de crecimiento económico para Puerto Rico en 2025, pasando de 0,3 % al 0,4 % gracias a este impulso. Sin embargo, otros analistas advierten que el beneficio es temporal y que en 2026 el crecimiento podría desacelerarse una vez concluyan los conciertos y los empleos vinculados a ellos.

Aun así, “La Residencia” de Bad Bunny está marcando un antes y un después en la economía cultural de Puerto Rico, al demostrar que la música y el entretenimiento pueden convertirse en motores de desarrollo económico regional.