Costa Rica continúa como un punto estratégico del corredor migratorio centroamericano, pese a registrar una disminución considerable de ingresos respecto a 2024. Entre enero y junio de 2025, ingresaron 3,612 migrantes por el flujo sur-norte, la mayoría provenientes de Venezuela, lo que representa una caída drástica frente a los 212,179 registrados en el mismo periodo del año anterior, según datos del informe de la Organización Internacional para las Migraciones (IOM).
De forma paralela, el flujo inverso –norte-sur– se intensificó, con 12,912 personas, también en su mayoría venezolanas, que retornaron desde México y otros países del norte. Este fenómeno refleja cambios significativos en la dinámica regional, con menos ingresos desde Sudamérica, un aumento del uso de rutas informales, redes de traficantes de personas y migrantes cada vez más vulnerables.
Entre los varados, la IOM identificó casi 6,700 casos de personas en condición de detención temporal, ya sea en albergues o en espacios públicos. De ellos, un 64 % carecía de información básica para su viaje, mientras que muchos reportaron falta de alimentos, albergue y fondos para continuar su travesía hacia el norte.
El estudio reveló que la mayoría de los migrantes tenía como destino final Estados Unidos (87 %), seguido por México (6 %) y Canadá (2 %). Además, el 43 % inició su ruta con menos de $500, dependiendo de ahorros (63 %) y remesas (32 %). Cerca del 51 % no contaba con información sobre seguridad, costos o procedimientos migratorios, lo que los expuso a altos riesgos.
La migración irregular por Paso Canoas y otros puntos fronterizos también mostró un descenso. En junio de 2025, 2,348 personas cruzaron por la frontera norte, un 14 % menos que en mayo. Aunque la mayoría siguió hacia el sur, el 13 % planeaba quedarse en Costa Rica. En contraste, otro grupo migrante encuestado en albergues de San José mostró mayor intención de permanecer en el país (35 %), aunque el 92 % de quienes continuaban su trayecto lo harían por Paso Canoas.
Los migrantes en esta fase mostraron dependencia de trabajo informal (98 %), donaciones y ayuda externa, con necesidades urgentes de refugio (35 %), comida (22 %) y empleo (16 %). Casi todos (93 %) habían vivido previamente en México, principalmente en Ciudad de México y Chiapas, y el 65 % contaba con al menos educación secundaria.
De enero a mayo de 2025, se reportaron 1,279 casos de personas en espacios públicos y 3,755 en refugios temporales. Aunque en junio las cifras bajaron a 863 y 893 respectivamente, se evidenció un desplazamiento geográfico de las necesidades, con más personas varadas en el área central del país, especialmente en San José, Alajuela y Heredia.
En total, el perfil de migrantes que transitan por Costa Rica en 2025 revela un patrón de alta movilidad, limitada capacidad económica y necesidad urgente de asistencia humanitaria, en un contexto de rutas migratorias cada vez más riesgosas a lo largo de Centroamérica.