En la red social X, la política hondureña volvió a demostrar que, además de ideologías, está llena de tildes, errores de dedo y clases gratuitas de gramática. Salvador Nasralla, aspirante presidencial del Partido Liberal, y Enrique Reina, excanciller y actual candidato a designado presidencial por el oficialismo de Libre, protagonizaron un intercambio digital que bien podría titularse “Ortografía y otras pasiones”.
Todo comenzó cuando Nasralla publicó que “Honduras tiene todo para crecer, pero nadie quiere invertir mientras siga este gobierno corrupto y comunista”. No contento con ese remate, añadió que el mundo quiere apoyar, pero primero hay que “sacar al narcofamilión”. Un mensaje que mezcla la política con algo que parece título de telenovela de domingo pero que tiene relación con Xiomara Castro, la presidenta del país; su esposo, Manuel Zelaya, presidente derrocado pero de nuevo hombre fuerte del Ejecutivo y su partido; y todos los familiares de ambos que ocupan cargos importantes en el Ejecutivo y otras entidades del Estado.
Enrique Reina, sin perder el ritmo, le respondió que la inversión extranjera ha crecido bajo el mandato de la presidenta y que el país ha abierto sus puertas al mundo. Sin embargo, lo hizo con una pequeña “trampa mortal”: escribió “a crecido” en lugar de “ha crecido”. Grave error… si estás discutiendo con alguien que lleva años en televisión corrigiendo a concursantes.
Estimado ex canciller @EnriqueReinaHN “ha crecido” se escribe con H , no vuelva a escribir, “a crecido” porque esa “a”va antes del participio de un verbo y no es una preposición.
Cómo se atreve a ponerle “falso” a una publicación que sale de mis labios ! No sea insolente,… https://t.co/iEm2S1itvK— Salvador Nasralla (@SalvaPresidente) July 25, 2025
Nasralla no perdonó. Usó su turno para dar cátedra de gramática: explicó que “ha crecido” lleva h porque viene del verbo “haber” y no es una preposición. Y como si eso no bastara, le pidió a Reina que por favor no volviera a escribir sin pasar por el corrector. También sacó el diccionario y corrigió la palabra “preorata”, usada por Reina en su mensaje, aclarando que el término correcto es “perorata”.
Pero el excanciller no se quedó callado. Aceptó el error tipográfico —con la humildad de quien ya vio venir un meme— pero luego lanzó una lista que no tiene nada que ver con tildes: acusó a Nasralla de farsa, mentira, incoherencia y hasta de dejar morir personas en las calles por una causa no especificada. Más que réplica, fue un inventario de frustraciones políticas.
Mientras tanto, los hondureños observan cómo sus líderes cambian el debate nacional por un duelo de teclado. Algunos piden propuestas, otros se entretienen con los dimes y diretes, y un grupo más pequeño simplemente ruega porque el próximo debate presidencial se realice con un corrector ortográfico de árbitro.
En resumen, en la política hondureña actual, las plataformas digitales no solo se usan para hacer campaña, sino también para repasar reglas gramaticales, lanzar indirectas en forma de oración compuesta, y dejar claro que, en tiempos de elecciones, hasta una hache mal puesta puede convertirse en titular.