La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo transformó el sistema educativo de Nicaragua en una plataforma de adoctrinamiento político, según revela el informe “Nicaragua: la educación como adoctrinamiento” del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).
El estudio sostiene que desde 2007, cuando Ortega retomó la presidencia, el Ministerio de Educación (MINED) reestructuró los contenidos escolares para imponer una visión “patriótica y cristiano-socialista-solidaria”, alineada con la ideología del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Libros de texto, manuales docentes y métodos pedagógicos promueven programas estatales como logros personales de la pareja de dictadores.
De acuerdo con el CETCAM, los textos de Estudios Sociales afirman que en Nicaragua se vive “en libertad y democracia”, niegan la existencia de presos políticos, torturas y persecución, contradiciendo la represión y violaciones de derechos humanos registradas en los últimos años.
El informe destaca cómo en aulas de primaria y secundaria se cultiva la imagen de Ortega como “líder valiente y visionario” y de Murillo como “madre de la patria” y “poeta espiritual del pueblo”. Un ejemplo es el libro de Ciencias Sociales de sexto grado, que atribuye la “paz y desarrollo” del país a la “sabiduría” del presidente.
Las tareas escolares incluyen cartas de agradecimiento a Ortega, poemas para Murillo y dibujos con símbolos patrios junto a sus figuras. Durante actos escolares se entonan consignas como “Daniel, amigo, el pueblo está contigo”, mientras la bandera rojinegra del FSLN se exhibe junto a la azul y blanco nacional.
CETCAM advierte que esta instrumentalización de la educación busca borrar la línea entre patria y partido, inculcando la idea de que sandinismo y nacionalidad son inseparables. Así, se justifica la represión contra críticos y la desnacionalización de opositores, mientras se otorga ciudadanía a extranjeros afines al régimen.
El adoctrinamiento ocurre además en un contexto de precaria inversión educativa. Nicaragua destina apenas $180 anuales por alumno de primaria y $118.82 por estudiante de secundaria, muy por debajo de países vecinos como Costa Rica, que invierte hasta $2,246.7 por estudiante.
El informe concluye que la manipulación ideológica y la baja calidad educativa dejarán una huella profunda en varias generaciones de nicaragüenses. Reformar y fortalecer el sistema educativo será uno de los mayores retos para futuros gobiernos democráticos.