Este sábado 31 de mayo se cumplen 40 años de la promulgación de la Constitución Política de la República de Guatemala, un documento fundamental que ha servido como pilar de la vida democrática del país desde su adopción el 31 de mayo de 1985.
La Constitución guatemalteca, elaborada por una Asamblea Nacional Constituyente compuesta por 88 representantes electos, marcó el inicio de una nueva etapa tras años de inestabilidad política. Con 281 artículos, el texto define la organización del Estado, los derechos y deberes ciudadanos, y el funcionamiento de los poderes públicos.
Entró en vigor el 14 de enero de 1986, cuando Vinicio Cerezo asumió la presidencia como el primer mandatario electo democráticamente tras décadas de gobiernos militares. La reforma ha sido objeto de reformas en 1993 y 1999, ajustándose a las necesidades del país.
El presidente Bernardo Arévalo recordó esta semana que son “cuatro décadas de un pacto que nos convoca al pueblo, a los distintos integrantes de esta nación a convivir en libertad, con justicia y en democracia”.
“Es un deber permanente de todos los guatemaltecos y las guatemaltecas proteger la Constitución. Es también un deber evitar que la arbitrariedad, el autoritarismo o el uso del poder para fines personales que provengan de cualquier institución del Estado o que provengan de sectores de la sociedad, que perviertan el aparato de justicia, las instituciones sobre las que se funda la democracia y vulneren el Estado de derecho”, subrayó el mandatario, quien sostuvo que la historia nos recuerda que sostener una Constitución legítima y vigente no ha sido fácil.
Precisamente, en el contexto del 40º aniversario de la Constitución, el presidente Arévalo condecoró el viernes a exmagistrados de la Corte de Constitucionalidad de 1993 por su defensa del orden constitucional, otorgándoles la Orden del Quetzal en grado de Gran Oficial. En 1993, el entonces presidente Jorge Serrano Elías intentó hacer un autogolpe, ordenó la disolución del Congreso y la Corte Suprema de Justicia, pero fue derrocado por un movimiento popular y desconocido por el resto de poderes del Estado y el Ejército. El Congreso eligió al entonces procurador de Derechos Humanos, Ramiro de León Carpio para completar su periodo.
En tanto, el Congreso, durante un conversatorio titulado “Una cultura de diálogo político para la defensa de la democracia”, conmemoró el 40 aniversario de la Constitución.
En la actividad participaron diputados constituyentes, autoridades del Legislativo y el presidente del Congreso, Nery Ramos, quien destacó que esta Carta Magna “ha resistido durante cuatro décadas como base de nuestra democracia y libertad”.
“Celebramos 40 años de nuestra Constitución, la más longeva en la historia democrática del país. Este documento fundamental simboliza el compromiso con el diálogo como vía para construir nación”, afirmó Ramos.
Desde su independencia, Guatemala ha tenido diversas cartas magnas. La actual se diferencia por haber sido creada bajo un entorno de respeto y apertura democrática, a diferencia de otras constituciones redactadas bajo control del Ejecutivo, como la de 1965.
La Constitución guatemalteca se divide en ocho títulos que abarcan desde los principios del Estado hasta los mecanismos para su reforma. Aunque fue concebida hace cuatro décadas, sigue siendo la base del sistema jurídico guatemalteco, garantizando derechos humanos, libertad política y el funcionamiento de una república democrática.