La aprobación de un proyecto de reforma fiscal en Estados Unidos, impulsado por el presidente Donald Trump, ha encendido las alarmas en varios países de Centroamérica, especialmente en Honduras y Guatemala, por su potencial impacto en el flujo de remesas que millones de migrantes envían cada mes desde territorio estadounidense.
La iniciativa fiscal, que avanzó en la Cámara de Representantes con una ajustada votación de 215 votos a favor y 214 en contra, contempla la aplicación de un impuesto del 3.5 % sobre el envío de remesas. Aunque inicialmente se proponía una tasa del 5 %, la reducción permitió que la medida fuera aprobada. El proyecto será ahora debatido en el Senado, donde necesitará al menos 51 votos para convertirse en ley. Los republicanos, impulsores de la reforma, cuentan con mayoría.
#CirculaEnRedes📲| Por un solo voto, 215 contra 214, aprueban en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el impuesto a las remesas, aunque se bajó de 5% a 3.5%; de aquí pasará al Senado. https://t.co/XgVUDpMfck pic.twitter.com/LlAd9mAaGH
— Tabasco HOY (@TabascoHOY) May 22, 2025
Honduras se moviliza
El gobierno hondureño dijo que ha seguido de cerca el desarrollo de esta iniciativa. El canciller Eduardo Enrique Reina expresó su preocupación ante los posibles efectos negativos que podría acarrear, no solo para Honduras, sino para todos los países receptores de remesas.
“No es una medida exclusiva contra Honduras, pero el impacto será profundo. Las remesas constituyen un pilar fundamental para nuestras familias”, dijo Reina, quien confirmó que ya se han sostenido reuniones con la Secretaría de Finanzas para diseñar mecanismos de mitigación ante un posible golpe económico.
Entre las estrategias en discusión están la reducción de costos de envío, el fomento de la bancarización de los migrantes y sus familias, y la creación de incentivos para que el flujo de dinero no se vea severamente disminuido. “El problema radica en que la mayoría de estos recursos se canalizan a través del sistema financiero de Estados Unidos. Eso nos obliga a repensar alternativas internas”, subrayó el canciller.
Guatemala también bajo presión
En Guatemala, el panorama es igualmente delicado. Las remesas representan cerca del 20 % del Producto Interno Bruto del país. Solo en 2024, el país recibió más de US$21.5 millardos, y se espera que en 2025 la cifra supere los US$22 mil millones. El economista Guillermo Díaz, de la Universidad Rafael Landívar, advierte que la medida podría reducir el ingreso de divisas, aunque también podría llevar a algunos migrantes a enviar montos mayores para compensar el nuevo impuesto.
“El comportamiento de los migrantes suele adaptarse a los cambios. Algunos mandarán más dinero, otros reducirán sus envíos. Pero, en todos los casos, la medida impacta el poder adquisitivo de las familias receptoras”, indicó.
Según datos del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), más del 70 % del dinero enviado se usa para consumo inmediato: alimentos, vivienda, transporte y servicios. Un 20% se destina a educación y salud, y menos del 10% se ahorra o invierte.
Un motor económico bajo amenaza
La importancia de las remesas para la economía centroamericana es incuestionable. En Guatemala, por ejemplo, cerca del 35% de los hogares en áreas rurales dependen de estos ingresos. En municipios del occidente del país, ese porcentaje supera el 50%.
“En departamentos como Jutiapa o Totonicapán, las remesas superan ampliamente los ingresos por salarios formales. Es un ingreso vital para millones de personas”, explicó Díaz.
#HCHNoticias | “Es un golpe a la economía hondureña, habrá más de 500 millones de dólares circulando en el país y los políticos siguen politiqueando”, manifiesta Menotti Maradiaga directivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), respecto al impuesto a las remesas… pic.twitter.com/qm5aEKoxv5
— HCH Televisión Digital (@HCHTelevDigital) May 22, 2025
El temor ante posibles deportaciones también ha incrementado el flujo de remesas en los últimos meses. Migrantes, preocupados por su estatus migratorio o las nuevas políticas de Trump, han optado por enviar más dinero del habitual, incluso a costa de sus ahorros. “Es una respuesta emocional al riesgo. Pero no es sostenible a largo plazo”, advirtió Hugo Maul, también del CIEN.
Una política con implicaciones globales
Aunque el enfoque inicial del proyecto es recaudatorio —se estima que el impuesto generaría más de$2,000 millones para el gobierno estadounidense—, sus implicaciones geopolíticas y humanitarias no pasan desapercibidas.
“Es parte de una política más amplia hacia los migrantes, que busca desincentivar la migración a través de medidas económicas”, opinó Reina.
En medio de las diferencias ideológicas entre Tegucigalpa y Washington, el canciller hondureño aseguró que los canales de diálogo siguen abiertos, especialmente para atender situaciones humanitarias y buscar soluciones conjuntas para quienes retornan voluntariamente.
Lo cierto es que, más allá del debate político, millones de familias centroamericanas están a la expectativa de lo que decida el Senado estadounidense. El dinero que cada mes cruzaba fronteras como un acto de solidaridad familiar podría, de aprobarse la reforma, convertirse en un tema de política internacional con efectos sociales y económicos de largo alcance.