En un llamado a la sensatez y al amor por la patria, la Conferencia Episcopal Panameña exhortó la noche del miércoles a todos los sectores del país a rechazar la violencia y las imposiciones, y a construir un camino de diálogo y reformas estructurales para superar la crisis que vive la nación.
Mediante un comunicado, los obispos aseguraron que “la Iglesia no es juez, sino puente; no es trinchera, sino mesa de encuentro”, al tiempo que reiteraron su compromiso con el pueblo panameño y su derecho a vivir en justicia y dignidad. “Panamá necesita coherencia, justicia y dignidad. Necesita manos tendidas, no puños cerrados”, señalaron.
Panamá sufre una ola de protestas derivadas de la Ley 462 de la Caja de Seguro Social, una reforma a la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social (CSS) en Panamá. Su principal objetivo es rescatar el régimen de invalidez, vejez y muerte (IVM) de la CSS de la insolvencia, garantizar su sostenibilidad y mejorar la calidad de gestión del sistema de salud.
Sindicatos como el Suntracs y la alianza Pueblo Unido por la Vida argumentan que la reforma beneficia intereses privados y debilita el carácter solidario de la CSS, sin garantizar una solución sostenible para el fondo de pensiones.
Las protestas, que iniciaron hace tres semanas, han dejado más de 200 manifestantes detenidos.
Obispos piden diálogo
Los religiosos invitaron a todos los actores sociales, incluyendo al gobierno, gremios, jóvenes, empresarios y pueblos originarios, a crear espacios de diálogo que permitan recuperar el rumbo del país. Subrayaron que no es momento de imponer decisiones, sino de encontrar consensos y avanzar con valentía en reformas que aborden las causas de fondo de la crisis.
“Es tiempo de diálogo con altura, de decisiones valientes, de renuncias generosas”, manifestaron los obispos, quienes reiteraron que la Iglesia camina con su pueblo: escucha, sufre y sueña junto a él.
El comunicado cita también palabras del Papa León XIV: “Los pueblos quieren la paz, y yo, con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos!”, haciendo énfasis en que los adversarios políticos no deben verse como enemigos, sino como personas con quienes se puede hablar.
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Finalmente, los obispos pidieron a las comunidades católicas intensificar las oraciones por el país y ser signos vivos del Reino de Dios en medio de la crisis. “Que Santa María la Antigua, madre del pueblo panameño, nos cubra con su manto, nos inspire sabiduría y nos guíe por los caminos de la verdad, la justicia y la reconciliación”, concluye el mensaje.