En su informe anual correspondiente a 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció la exclusión de Guatemala del Capítulo IV.B, conocido como la “lista negra”, donde se ubican los países con violaciones graves y sistemáticas a los derechos humanos. La decisión refleja un cambio de rumbo tras la asunción del presidente Bernardo Arévalo en enero, aunque el organismo advierte que aún persisten desafíos en materia de institucionalidad democrática.
Según explicó Andrea Pochak, vicepresidenta de la CIDH, el retiro de Guatemala se debe, en parte, a una mayor apertura del nuevo gobierno, que ha facilitado el acceso de misiones de observación al país. “Cuando un Estado muestra disposición al diálogo y a la cooperación, la Comisión responde positivamente”, indicó. Sin embargo, la funcionaria subrayó que esta medida no significa que la situación esté resuelta, ya que continúan “serios problemas estructurales” en el ámbito democrático.
A diferencia de Guatemala, Nicaragua permanece firmemente en la lista junto con Cuba y Venezuela. En el caso nicaragüense, el informe vuelve a denunciar una situación alarmante: represión a voces disidentes, detenciones arbitrarias y un sistema judicial completamente subordinado al poder político. La CIDH alerta sobre una “ausencia total de justicia imparcial” en el país centroamericano, donde las libertades fundamentales siguen profundamente restringidas.
Cuba, por su parte, sigue sin mostrar avances significativos. La Comisión insiste en que el gobierno debe cesar las detenciones ilegales y respetar los derechos civiles básicos. Venezuela también recibe un duro señalamiento por las condiciones en las que se celebraron las elecciones del 28 de julio de 2024, en las que, según el informe, se registraron graves irregularidades que alteraron el orden constitucional.
El documento también incorpora a Perú en el Capítulo V, una categoría de vigilancia estrecha, debido a preocupaciones sobre la impunidad por crímenes del pasado y la falta de independencia judicial. En este grupo ya figuraban Brasil, El Salvador y México.
Aunque el retiro de Guatemala del Capítulo IV.B representa un giro significativo, la CIDH aclara que no es una absolución, sino una oportunidad para continuar mejorando. El informe refleja un mapa regional complejo, con avances en temas como igualdad de género y derechos de pueblos indígenas, pero también con retrocesos serios en gobernanza democrática y derechos fundamentales.