El recién fallecido papa Francisco solo hizo una visita a la región centroamericana, a Panamá en 2019, pero mantuvo una relación cercana con la iglesia y la realidad del istmo.
El Papa Francisco visitó Panamá del 23 al 27 de enero de 2019 para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Esta fue su primera visita a Panamá y la segunda visita de un Papa a Panamá. La JMJ se celebró en el Campo San Juan Pablo II de Ciudad de Panamá.
“Queridos jóvenes: Anímense a entrar cada uno en su interior y decirle a Dios: ¿Qué es lo que quieres de mí? Dejen que el Señor les hable; ya verán vuestra vida transformada y colmada de alegría”, dijo entonces el pontífice argentino durante su visita a Panamá.
La huella del papa en Centroamérica incluye haber elevado a los altares en octubre de 2018 al arzobispo salvadoreño, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte.
El papa Francisco nombró además cardenales en Guatemala, Nicaragua, Panamá y El Salvador.
El obispo de Huehuetenango, Guatemala, Cardenal Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, el arzobispo de Managua, Nicaragua, Leopoldo José Brenes Solórzano, José Luis Lacunza Maestrojuán, obispo emérito de David, Panamá, y el obispo auxiliar de San Salvador, El Salvador, Gregorio Rosa Chávez, fueron nombrados por Francisco.
El Papa Francisco dijo entonces que el dictador nicaragüense Daniel Ortega pareciera ser alguien con desequilibrio y su régimen lo comparó con el comunista de 1917 o el de Hitler del 35, tras ser preguntado sobre la persecución de la iglesia y el encarcelamiento de opositores y el destierro de los mismos en el país centroamericano.
“Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige [Ortega]. Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio. Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas”, respondió el Pontífice en una entrevista a Daniel Haad, de Infobae.
“Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas. Guarangas (mal educado, grosero o vulgar)”, agregó.