Violencia en ascenso en Guatemala: atribuyen los últimos crímenes a ajustes de cuentas entre pandillas

Guatemala enfrenta una nueva escalada de violencia tras el ataque armado en una funeraria de la Ciudad de Guatemala que dejó siete fallecidos. Apenas unas horas después, se registraron tres hechos armados casi simultáneos en distintos puntos del país.

En las últimas horas se reportaron varios ataque armados en la Ciudad de Guatemala.

La violencia criminal vuelve a sacudir a Guatemala, luego que la noche del martes se registraran tres ataques armados casi al mismo tiempo, apenas horas después de un tiroteo en una funeraria de la zona 1 de la capital, donde 7 personas perdieron la vida y más de una decena resultaron heridas.

En el ataque más grave, varios hombres armados irrumpieron en una funeraria ubicada en la 17 calle y avenida Centroamérica, en la Ciudad de Guatemala y abrieron fuego contra quienes asistían al velorio de un supuesto miembro del Barrio 18, Jeiber Gabriel Vargas. Ese ataque dejó siete muertos y al menos 13 personas heridas.

 

El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, confirmó que se trató de un ataque entre pandillas rivales, específicamente la Mara Salvatrucha y el Barrio 18.

“Dado el perfil del fallecido, se sabía que este velorio era de riesgo”, afirmó el funcionario, quien también denunció que los agentes asignados al resguardo de la zona abandonaron el lugar minutos antes del ataque. Los policías están siendo investigados por la Inspectoría General.

Otros hechos violentos

Tan solo unas horas después de este, a partir de las 12:15 de la madrugada, se reportaron 3 nuevos hechos armados en distintos puntos del país, según el Cuerpo Voluntario de Bomberos.

En la zona 7 de la capital un hombre de 30 años resultó herido por disparos; en San Pedro Ayampuc otro sujeto fue estabilizado tras recibir varios impactos de baja y en Chinautla, un joven de 27 años perdió la vida en un ataque directo.

Aunque los hechos ocurrieron con minutos de diferencia, la Policía Nacional Civil (PNC) sostiene que no están relacionados entre sí. No obstante, reconocen que podrían ser producto de justen de cuentas o rivalidades entre estructuras criminales, en un contexto de creciente fragmentación y disputa entre pandillas.

 

Las autoridades confirmaron que el ataque en el velatorio fue el segundo en menos de dos semanas. El 19 de julio un grupo de sicarios irrumpió en un funeral en Retalhuleu, al suroeste del país, dejando al menos cinco muertos siete personas heridas.

Ambos casos encendieron las alarmas debido a la violencia dirigida contra espacios que anteriormente se consideraban intocables, como los actos fúnebres.

La creciente brutalidad en los hechos violentos vuelve a evidenciar la fragilidad del control estatal en zonas que son dominadas por pandillas, así como la necesidad urgente de estrategias regionales para abordar el crimen organizado, una problemática que también afecta a Honduras y El Salvador.

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