Un amplio grupo de nicaragüenses exiliados en España y otras partes del mundo, entre ellos los reconocidos escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, ha enviado una carta abierta al presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, para expresar su agradecimiento por la acogida de 135 prisioneros políticos que fueron desterrados tras una negociación entre Estados Unidos y la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
En la misiva, titulada “Agradecimiento a Guatemala”, los nicaragüenses exiliados y organizaciones de la sociedad civil destacan la importancia de este acto, que consideran un gesto humanista que fortalece la idea de una Centroamérica unida y democrática.
“Este gesto de amor humano es un reconocimiento a la vocación solidaria de Guatemala”, afirman.
Al César lo que es del César. Nicaragüenses en el exilio, en carta abierta, agradecen al presidente @BArevalodeLeon y al canciller Ramiro Martínez porque 135 presos políticos tengan refugio en Guatemala. Entre los firmantes: @sergioramirezm @GiocondaBelliP @cfchamo y @cefeche pic.twitter.com/HwwkP2EB9Y
— AlejandraGutierrezV (@alegutierrezv) September 26, 2024
El 5 de septiembre, como resultado de largas negociaciones, el régimen de Ortega permitió la salida de estos prisioneros políticos, quienes enfrentaban encarcelamiento injusto debido a su oposición al régimen.
Este destierro se convirtió en la segunda excarcelación masiva en dos años, en un contexto donde miles de nicaragüenses han sido despojados de su nacionalidad y bienes, siendo acusados de traición a la patria por el régimen sandinista.
La carta también expresa solidaridad con los esfuerzos de Guatemala para mantener la estabilidad democrática, en medio de intentos de desestabilización. Los exiliados hicieron un llamado a la comunidad internacional para que continúen sus esfuerzos por la liberación de todos los nicaragüenses que aún permanecen en prisión, algunos de los cuales han sido reportados como desaparecidos.
Entre los firmantes de la carta se encuentran figuras como el antiguo comandante de la revolución sandinista Luis Carrión, así como las exguerrilleras disidentes Dora María Téllez y Mónica Baltodano, defensores de derechos humanos, académicos, periodistas y campesinos. Todos ellos se unieron en un llamado a la reconstrucción democrática y a la lucha contra la corrupción en la región.
Los nicaragüenses en el exilio subrayaron que el único “delito” de estos prisioneros es haber apoyado causas sociales justas, la defensa de los derechos de las comunidades indígenas y la libertad de pensamiento y expresión. La carta concluye reafirmando el compromiso de los nicaragüenses por trabajar junto a Guatemala en la búsqueda de justicia social y el respeto a los derechos humanos en Centroamérica.