La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE UE) emitió el sábado un firme llamado a la clase política de Honduras para que se respete la voluntad popular expresada en las urnas el pasado 30 de noviembre.
En un comunicado oficial desde Tegucigalpa, la Misión subrayó la urgencia de concluir el proceso electoral de manera pacífica, advirtiendo que la estabilidad democrática del país depende de la integridad de los resultados finales.
La observación europea denunció que la administración del Consejo Nacional Electoral (CNE) ha enfrentado una “parálisis continua e intencionada” durante todo el período de votación. Según el informe, estas acciones deliberadas provocaron retrasos críticos en los preparativos, lo que ha generado un clima de incertidumbre sobre el cumplimiento de los plazos legales para la declaratoria de los nuevos gobernantes.
Pese a los obstáculos logísticos, la MOE UE validó la transparencia del proceso de conteo realizado hasta el momento. La Misión aseguró que todos los partidos políticos han mantenido acceso total a las actas electorales desde el inicio del escrutinio, lo cual constituye una garantía fundamental de legitimidad en el manejo de los datos frente a los cuestionamientos de diversos sectores.
En la etapa actual de escrutinio especial, los observadores internacionales enfatizaron que el proceso debe desarrollarse sin interrupciones ni intentos de invalidar actas para alterar el resultado presidencial. La Unión Europea instó a los candidatos y sus organizaciones a utilizar exclusivamente los mecanismos legales establecidos en la ley hondureña para resolver cualquier disputa o inconformidad técnica que pudiera surgir.
Asimismo, la Misión recordó al Estado su obligación de proteger a los consejeros del CNE y a todo el personal administrativo. Se hizo hincapié en que los funcionarios deben desempeñar sus tareas en un entorno libre de intimidación, señalando que cualquier restricción a sus funciones socava la confianza ciudadana en el sistema democrático.
Finalmente, la MOE UE exhortó a todas las partes involucradas a abstenerse de cualquier acción que obstaculice la declaratoria oficial de resultados. El cumplimiento de este paso es visto como el cierre necesario para un ciclo electoral marcado por la tensión, pero que aún cuenta con el respaldo de la observación internacional para garantizar que el voto depositado por el pueblo hondureño sea el que prevalezca.
