Las protestas contra la minería en Panamá ha impedido que los migrantes puedan continuar su camino hacia Costa Rica, ya que las mismas se han extendido en todo el país y han bloqueado las principales vías de acceso de la nación centroamericana.
Los tiempos de paso no se han podido cumplir debido a que los buses no pueden establecer el mecanismo de transporte hacia la frontera tica.
Los extranjeros esperan en las estaciones de Recepción de Migrantes de Lajas Blancas y San Vicente, en Darién, así como en el pueblo de Bajo Chiquito, el primer poblado panameño que pisan luego de haber caminado por la selva durante 5 días. Se estima que ahora mismo, hay aproximadamente 4,000 migrantes varados.
La cantidad de migrantes que se encuentran en la localidad genera hacinamiento a la hora de instalar carpas o necesitar de agua potable e insumos médicos, porque es un poblado pequeño.
Mientras tanto, los viajeros siguen cruzando la selva, ya que cuando se dio el estallido social en protesta del contrato minero, cientos de personas atravesaban el tapón del Darién, y estos no sabían del problema que les permitiera pensar hacer el viaje.
Más de 3 docenas de buses con migrantes se quedaron en Chiriquí, sin poder seguir su viaje, sin embargo, tras negociar con los protestantes lograron convencerles que les permitiera seguir su camino hacia el paso humanitario.