El exjefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, Romeo Vásquez Velásquez, respondió a un nuevo requerimiento fiscal en su contra —por el delito de lavado de activos agravado— con una imagen publicada en la red social X (: una página del periódico El Tiempo fechada el 1 de junio de 1977 y un solo emoji.
La publicación no incluyó declaraciones directas, pero el mensaje fue claro. El recorte del periódico alude a un antiguo caso criminal que involucra a Carlos Armando Zelaya Rosales, cuñado de la presidenta Xiomara Castro. En el texto, se detalla que Zelaya fue arrestado y procesado por su presunta complicidad en los asesinatos de Camilo Girón y Salomón Kaffati, ocurridos en Tegucigalpa hace 48 años.
La reacción de Vásquez Velásquez llega tras el anuncio de un nuevo proceso legal en su contra por parte del Ministerio Público, que lo acusa de lavado de activos en perjuicio del orden socioeconómico del Estado. Lejos de negarlo o emitir defensa jurídica inmediata, optó por una respuesta que muchos han interpretado como un intento por señalar la existencia de un doble rasero en el aparato de justicia hondureño.
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— Romeo Vásquez Velásquez (@RomeoVasquezAPH) May 23, 2025
Un silencio que dice mucho
La página de El Tiempo citada en la publicación muestra cómo Zelaya Rosales, entonces mayor de edad, fue capturado en San Pedro Sula por su supuesta implicación en un crimen de alto impacto. A pesar de haber sido puesto inicialmente a disposición del Juzgado de Menores, fue procesado como adulto y se le dictó auto de prisión. El caso, según la nota, involucró a otras figuras, algunas de las cuales también enfrentaron cargos.
Zelaya nunca fue condenado públicamente por el hecho y su nombre, décadas después, volvió a resonar en el escenario político tras la difusión de un video vinculado al narcotráfico. La presión mediática y política lo llevó a renunciar a su curul en el Congreso Nacional, sin que hasta la fecha enfrente cargos formales relacionados con ese escándalo.
Comparaciones incómodas
El contraste que sugiere Vásquez Velásquez es evidente: mientras él enfrenta una nueva acción penal, figuras cercanas al poder político actual, como Zelaya Rosales, han evadido procesos similares pese a estar involucradas en hechos graves. La insinuación implícita es que existe una justicia selectiva en Honduras, que persigue con rigor a ciertos sectores mientras mantiene la impunidad en otros.
El militar en retiro es prófugo en un caso de homicidio ocurrido en 2009, después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya, esposo de la presidenta Castro y hermano de Carlos.