Costa Rica acumula 790 homicidios en lo que va de 2025, una cifra que, según las proyecciones del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), podría cerrar arriba de 900 casos, superando los registros de 2024 y acercándose al récord histórico de 2023.
En este contexto, 74 de las víctimas corresponden a personas ajenas a los hechos violentos, clasificadas como víctimas colaterales.
El dato representa una reducción de nueve casos respecto a las 83 registradas al 26 de noviembre de 2024.
La evolución de la violencia letal en el país refleja un deterioro sostenido. En 2023, Costa Rica cerró con 905 homicidios, la cifra más alta desde que existen registros.
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2025 no parece ser diferente
Un año después, en 2024, el país contabilizó circa 880 asesinatos, lo que supuso una leve reducción, aunque mantuvo al país entre los más violentos de Centroamérica.
La tendencia de 2025, sin embargo, apunta nuevamente al alza.
El narcotráfico y las disputas territoriales entre grupos criminales continúan siendo el principal motor de la violencia: 571 asesinatos están ligados a enfrentamientos entre bandas, según el OIJ.
El 65% de los homicidios corresponde a ajustes de cuentas entre las numerosas bandas del crimen organizado.
Por provincia, San José lidera el aumento, con 260 homicidios, 55 más que en el mismo periodo del año anterior.
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Ley contra sicarios
Guanacaste muestra un incremento marginal (68 frente a 67), mientras Limón mantiene una reducción inusual: 155, es decir, tres menos que en 2024.
El país registra un promedio de 2,4 homicidios diarios, que en los últimos 30 días aumentó a 2,7.
En respuesta, la Asamblea Legislativa aprobó esta semana en primer debate un proyecto de ley que establece penas de hasta 40 años de prisión para sicarios.
La iniciativa, impulsada por el partido Nueva República, obtuvo 38 votos a favor y dos en contra. Su líder, Fabricio Alvarado, calificó la medida como “un avance”, pese a que su bancada buscaba elevar la pena hasta 50 años.
