Un grupo de 12 habitantes de la comunidad de Dulce Nombre de María, en el norte de El Salvador, ha sido convocado por un juzgado local para integrar el jurado que decidirá el destino de 3 militares retirados acusados por la masacre de cuatro periodistas holandeses en 1982.
Óscar Pérez, representante de la Fundación Comunicándonos, organización que acompaña el proceso judicial, informó que esta es la segunda lista de personas citadas, ya que en la primera convocatoria no se logró reunir al número mínimo requerido.
“Extraoficialmente conocimos que no todas las personas convocadas el pasado 23 de abril se presentaron ni fueron notificadas debidamente por las autoridades judiciales”, explicó Pérez.
El vocero añadió que, la semana pasada, todas las partes involucradas en el caso participaron en la selección de una nueva lista de 12 personas, quienes ahora están siendo llamadas para conformar el jurado que participará en la vista pública prevista para el próximo 3 de junio.
Pérez detalló que se requieren 5 miembros propietarios y uno suplente para que el jurado quede formalmente constituido. De lograrse, el juicio dará inicio en la fecha establecida.
El proceso judicial debía comenzar el pasado 23 de abril bajo la legislación penal vigente en 1973, pero fue reprogramado debido a problemas de salud de una de las abogadas defensoras.
Los acusados por el múltiple crimen son el coronel Mario Adalberto Reyes Mena, quien reside actualmente en Estados Unidos y enfrenta una orden de deportación; el general José Guillermo García, exministro de Defensa durante los primeros años de la guerra civil; y el coronel Francisco Antonio Morán, quien fue director de la desaparecida Policía de Hacienda.
Según el Informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas publicado en 1993, los periodistas Koos Jacobus Andries Koster, Jan Corenlius Kuiper Jop, Hans Lodewijk ter Laag y Johannes Jan Willemsen fueron emboscados y asesinados el 17 de marzo de 1982 por miembros del ejército salvadoreño, siguiendo órdenes del coronel Reyes Mena.
Los reporteros se encontraban en El Salvador en plena guerra civil para documentar el impacto del conflicto armado en las comunidades rurales, especialmente en las familias empobrecidas a las que el Ejército solía acusar de colaborar con la guerrilla.
Durante los 12 años del conflicto salvadoreño, al menos 30 periodistas fueron asesinados, mientras que otros cuatro desaparecieron o resultaron heridos en zonas de combate.