Centroamérica vive un Día de la Tierra entre deforestación y esfuerzos por revertirla

Se calcula que el 43 % de la región es cobertura boscosa, pero está disminuye ante la falta de controles y la sobreexplotación de recursos. Aunque hay avances en políticas medioambientales, todavía hay mucha tarea por hacer para rescatar los recursos naturales.

Los centroamericanos viven este 22 de abril, el Día de la Tierra, esperanzados en que la deforestación, contaminación de aguas y aire y otros problemas ambientales puedan frenar y quizá hasta revertirse, mientras las realidades verdes se complican por explotaciones de todo tipo.

Nicaragua es, según las Naciones Unidas, el país con mayor depredación de la región y según informes no oficiales, en las últimas 2 décadas ha perdido el 22 % de su cobertura boscosa.

La expansión de la ganadería extensiva, que se ha movido a territorios protegidos, y las permisivas políticas de la dictadura para exportar recursos, con el fin de atraer inversión extranjera, están pasando factura a este país.

Se calcula que la región tiene un 43 % de cobertura boscosa y para la FAO, los avances ambientales son notorios. En un reporte del año pasado, plantea a Centroamérica como un son un “ejemplo” de reducción de la deforestación, que ha ido disminuyendo en los últimos años.

Pero en el mapa ambiental hay enormes problemas de explotación de recursos.

Casos recientes, como el de la mina Cerro Blanco en Guatemala, preocupan. El permiso para que se convierta en un mina a cielo abierto (es subterránea) fue otorgado por el gobierno de Alejandro Giammattei cuando apenas le faltaban 10 días para el relevo presidencial.

La mina contamina el lago de Güija, compartido con El Salvador, y el río Lempa, principal afluente del que se abastecen los salvadoreños.

El presidente Alejandro Giammattei dijo que buscan revocar las concesiones, porque hay varias irregularidades en el otorgamiento de las mismas.

En Panamá, la ciudadanía se anotó un hit cuando a fuerza de manifestaciones populares durante un mes, entre octubre y noviembre de 2023, obligó al gobierno del impopular Laurentino Cortizo retroceder en la nueva concesión de licencias para la mina a cielo abierta más grande de Centroamérica. 

Tuvo que intervenir la Corte Suprema de Justicia para dirimir el lío.

La tasa deforestación neta anual en la región es del 0.38 %, 83,000 hectáreas por año.

Honduras, por su parte, ha perdido entre 23,000 y 58,000 hectáreas de bosques en los últimos 20 años. Sumado al problema netamente ambiental, activistas son asesinados con frecuencia, lo que vuelve peligroso “defender la naturaleza”.

Costa Rica, país profundamente comprometido con el ecoturismo, pierde aproximadamente 8,100 hectáreas de vegetación por año.

Los controles y las políticas verdes aún deben recorrer mucho camino en la región para que sean sustentables. Sin embargo, los esfuerzos, estatales y privados, se vuelven cada vez más notorios e importantes. 

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