Cambio climático pone en riesgo alimentos, salud y energía en Centroamérica, advierte CEPAL

La región centroamericana es especialmente vulnerable a las alteraciones del clima, como el aumento de temperaturas y los cambios en las lluvias, fenómenos que afectan de forma directa la agricultura, la salud, la infraestructura y la generación de energía.

La producción se ve afectada por sequías extremas.

Centroamérica enfrenta una amenaza silenciosa pero creciente: el cambio climático ya impacta la producción de alimentos, la salud pública, la energía y la infraestructura, con efectos directos sobre la seguridad alimentaria y la economía de millones de personas en la región.

Proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) advierten que, en un escenario extremo hacia el año 2100, el rendimiento del maíz podría caer hasta un 35 %, el del arroz un 43 % y el de los frijoles hasta un 50 %, lo que encendería alarmas sobre el acceso a alimentos en Centroamérica.

Un estudio regional elaborado por la CEPAL y el Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC) analizó la vulnerabilidad agrícola al cambio climático en los países del SICA, usando una metodología basada en el IPCC y datos a nivel municipal.

La producción de granos básicos, maíz, arroz y frijoles, es clave para la alimentación en países como Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como para la estabilidad social de comunidades rurales.

Se producirán menos alimentos debido a los cambios en el clima de la región.

El impacto en la salud

El cambio climático también impacta la salud. En Centroamérica aumentan los riesgos por huracanes, inundaciones y sequías, así como enfermedades asociadas al agua y a vectores como el dengue, que afecta con fuerza a países como Honduras, Nicaragua y Panamá.

En el sector energético, la generación hidroeléctrica enfrenta serias amenazas. Estudios en centrales de El Salvador, Guatemala, Panamá y República Dominicana muestran que las sequías prolongadas reducen la disponibilidad de agua para producir electricidad.

La infraestructura pública en los países del SICA también está en riesgo por eventos extremos, como tormentas, inundaciones y olas de calor, que dañan carreteras, sistemas de agua, hospitales y escuelas.

Frente a este escenario, la CEPAL plantea que Centroamérica debe avanzar hacia una planificación resiliente, incorporando escenarios climáticos de mediano y largo plazo para proteger servicios esenciales y reducir el impacto económico del cambio climático en la región.

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