Rosario Murillo se proclama “guardiana escogida por Dios” mientras la ONU señala violaciones de derechos humanos

Rosario Murillo lanzó un encendido discurso religioso-político en el que se declaró protectora de la paz “designada por el Padre Celestial”, en medio de crecientes señalamientos internacionales por violaciones de derechos humanos, autoritarismo y represión.

Rosario Murllo, codictadora de Nicaragua.

La codictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, volvió a protagonizar un controvertido mensaje cargado de simbología religiosa y política, en el que se autodenominó “guardiana escogida por Dios” para resguardar la paz en el país, al tiempo que exaltó la supuesta estabilidad nacional como “una bendición divina”.

En un extenso pronunciamiento, Murillo agradeció al “Padre Celestial” por derramar su “milagro” sobre el territorio nicaragüense y aseguró que el pueblo vive una “Fiesta de la Paz” permanente, en alusión al control que el régimen Ortega-Murillo mantiene sobre las instituciones estatales.

Daniel Ortega y Rosario Murillo han lanzado una persecución sin precedentes contra la Iglesia Católica y otras iglesias cristianas, encarcelando sacerdotes y pastores evangélicos, incluyendo a dos obispos católicos. Además, han desterrado a más de 200 sacerdotes y religiosas, han prohibido procesiones religiosas y exigen a los sacerdotes no hablar de temas sensibles para la dictadura en sus homilías.

El discurso, según analistas, refuerza la narrativa mística que el régimen promueve para consolidar su figura y blindarse de las crecientes críticas nacionales e internacionales, en momentos en que la oposición nicaragüense se encuentra desarticulada y los espacios de protesta, completamente clausurados.

“Nicaragua entera clama a Dios, agradece a Dios (…) como guardianes escogidos por el Padre Celestial para garantizar que nadie se atreva a manosear ese don suyo”, proclamó la también vocera del gobierno, en un mensaje emitido en medios oficiales.

Murillo afirmó que la paz que vive Nicaragua es “cristiana, socialista y solidaria” y advirtió que “nadie puede ni podrá arrebatarnos” ese estado de cosas, pese a los múltiples informes internacionales que denuncian violaciones sistemáticas a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad en el país.

Este mensaje se da en un contexto en el que la ONU y otras organizaciones de derechos humanos han responsabilizado directamente a Murillo por crímenes de lesa humanidad, represión política, incluyendo detenciones arbitrarias, torturas y persecuciones contra opositores y periodistas.

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