Primer año de gobierno de Mulino entre avances migratorios, tensiones sociales y desafíos económicos

A un año de haber asumido la presidencia, José Raúl Mulino enfrenta un balance mixto: avances en el control migratorio y la promoción de inversiones contrastan con críticas por su cercanía a Ricardo Martinelli, tensiones sociales y desafíos pendientes en economía, medio ambiente y gobernabilidad. Su gestión inicia su segundo año en un contexto marcado por altas expectativas y complejas decisiones.

José Raúl Mulino, presidente de Panamá (imagen tomada de redes sociales).

José Raúl Mulino cumple un año al frente del Ejecutivo panameño en medio de luces y sombras. Tras asumir la presidencia el 1 de julio de 2024, con el respaldo del expresidente Ricardo Martinelli y un escenario político fragmentado, su primer año de mandato ha estado marcado por avances en temas migratorios y de inversión, un sube y baja en la relación con Estados Unidos, principalmente con la administración de Donald Trump, pero también por cuestionamientos éticos, tensiones sociales y desafíos estructurales que siguen sin resolverse.

Control migratorio y reactivación económica: los principales logros

Uno de los avances más visibles de la administración Mulino ha sido la reducción del flujo de migrantes por la selva del Darién. Según datos oficiales, el número de personas cruzando esta peligrosa ruta disminuyó casi por completo en comparación al 2023. 

Esto se logró mediante acuerdos con Colombia y Estados Unidos, el cierre de rutas clandestinas y un refuerzo del patrullaje en áreas críticas.

En materia económica, el Ejecutivo ha apostado por un modelo proinversión y proempresarial. Ha promovido iniciativas de infraestructura —como el plan para construir un tren entre Ciudad de Panamá y David— y buscado mejorar la imagen del país en el extranjero, particularmente tras años de escándalos financieros. También ha dado pasos para retirar a Panamá de listas internacionales sobre paraísos fiscales.

En política exterior, el retiro del país de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, aunque polémico, fue interpretado como un gesto para fortalecer la alianza con Estados Unidos. El gobierno también ha rechazado enérgicamente cualquier insinuación de que China ejerza influencia sobre el Canal de Panamá.

Cuestionamientos éticos y protestas sociales: los puntos débiles

La figura de Ricardo Martinelli continúa siendo un tema sensible. El expresidente, que permaneció asilado en la embajada de Nicaragua bajo condena por lavado de dinero, sigue influyendo en el panorama político. Con Martinelli ahora asilado en Colombia, tras un periplo con la dictadura nicaragüense que resultó en fracaso, los críticos señalan que Mulino ha evitado distanciarse de Martinelli, generando dudas sobre su autonomía.

Las tensiones sociales también han sido una constante. Huelgas, un estado de urgencia en Bocas del Toro, que ha vivido un infierno por revueltas sociales, protestas por desigualdad, deficiencias en servicios públicos y descontento por la falta de atención a comunidades rurales e indígenas han puesto en evidencia los desafíos de gobernabilidad. 

Uno de los principales empleadores de esa provincia, Chiquita Panamá, cerró operaciones y despidió a más de 5,000 empleados.

Además, la reforma a la ley de la Caja del Seguro Social encendió un polvorín y sindicatos, como el de la construcción, se volcaron a las calles para protestar contra el gobierno.

En provincias como Darién, donde los indicadores de pobreza siguen siendo alarmantes, las promesas de inclusión aún no se materializan.

Además, pese a las señales de recuperación económica, persisten preocupaciones por el aumento de la deuda pública, que ronda los 50 mil millones de dólares, y la falta de avances en la reforma del sistema de seguridad social.

Retos inmediatos: Canal de Panamá, minería y un Congreso dividido

De cara al segundo año de gestión, el gobierno enfrenta tres retos centrales. El primero es la crisis del Canal de Panamá y su relación, o supuesto control, de China comunista. 

Mulino ha levantado un muro en su relación con el país asiático y hasta investigó la asignación de contratos de puertos, bajo control chino, algo que ha sido bien visto por Estados Unidos, que ha hecho del pasó interoceánico y la seguridad un punto de honor en la relación bilateral.

En segundo lugar, la situación de Cobre Panamá, una mina que representaba el 5 % del PIB y fue cerrada en 2023 tras una sentencia de inconstitucionalidad, ha derivado en pérdidas millonarias y demandas internacionales. El gobierno deberá balancear presiones económicas, legales y ambientales para resolver el conflicto.

En tercer lugar, Mulino deberá gobernar con una Asamblea Nacional fragmentada, donde su partido, Realizando Metas, cuenta con apenas 13 de los 71 escaños. El bloque independiente domina la legislatura, lo que exigirá negociaciones constantes para impulsar reformas.

Perspectivas: ¿puede Mulino consolidar su liderazgo?

El primer año de gestión de José Raúl Mulino deja un balance mixto. Si bien ha demostrado capacidad para actuar con rapidez en temas sensibles como la migración y la inversión, la persistencia de desigualdades, los vínculos con figuras cuestionadas y la falta de resultados en reformas estructurales generan incertidumbre.

El futuro inmediato exigirá liderazgo independiente, construcción de consensos y una agenda que combine estabilidad macroeconómica con inclusión social. Las decisiones que tome en los próximos meses serán determinantes para su legado y para el rumbo del país.

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