La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, rechazó la denuncia hecha por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) en un informe, en el que señaló un alto nivel de “nepotismo” en el Gobierno y dijo sentirse afectada por el mismo.
Según la presidenta, cuyo principal asesor es su esposo y su secretario privado es su hijo, su Gobierno y su familia sufrieron “tendenciosos ataques” durante una conferencia de prensa del CNA, en la que “con infamia y manipulación” el ente anticorrupción “se dedicó a denigrar funcionarios del Estado y a nuestras familias”.
Para el vicepresidente (designado presidencial) Salvador Nasralla, este es el gobierno del “familión”, pues la mandataria ha contratados a sus parientes.
“Todo el pueblo hondureño conoce los cómplices del tirano que gobernó en este país como jefe del crimen organizado, de la corrupción y el narcotráfico”, subrayó Castro, quien, acompañada de algunos de sus más cercanos colaboradores, asistió a centro evangélico para acompañar la entrega del premio nacional “Álvaro Contreras”, del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), que este año recayó en el periodista Eduardo Maldonado.
Agregó que “mientras la dictadura llenaba sus bolsillos con contratos lesivos de corrupción público-privada y aprobados por ese régimen, el CNA guardó un silencio cómplice”, dijo la mandataria.

Según Castro, la oposición política y sus adversarios tratan de desestabilizar de diferentes formas su administración y parte de ello son los señalamientos que hacen en su contra.
Mientras tanto, el ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, dijo que “el nepotismo no es ningún delito” y que la suya es “una familia de políticos”.