El papa León XIV recibe a tres obispos nicaragüenses desterrados por la dictadura Ortega-Murillo

El encuentro en el Vaticano se interpreta como un respaldo a la Iglesia Católica de Nicaragua, que enfrenta persecución, expulsiones y hostigamiento bajo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

El papa León XIV se reunió con obispos de Nicaragua en Roma.

El papa León XIV se reunió en una audiencia privada con tres obispos nicaragüenses que fueron desterrados por la dictadura de Daniel Ortega en Managua.

Se trata de monseñor Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua; monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua y monseñor Isidoro Mora, obispo de Siuna.

El encuentro se realizó el sábado en el Vaticano y fue confirmado con fotografías oficiales divulgadas por El Vaticano.

La Oficina de Prensa del Vaticano había informado inicialmente sobre la reunión solo con monseñor Herrera, pero luego se confirmó la presencia de Báez y Mora.

Las imágenes de la reunión fueron difundidas por el Vaticano.

Se trata de la primera vez que León XIV se reúne con los tres obispos en el exilio, todos ellos víctimas de amenazas, prisión o expulsión en medio de la persecución religiosa que vive Nicaragua.

Un cuarto obispo, monseñor Rolando Álvarez Lagos, titular de Matagalpa y Estelí también ha sido desterrado por la dictadura nicaragüense después de haber permanecido más de 500 días en prisión en el pico de una persecución política contra la Iglesia Católica. Además, más de un centenar de sacerdotes, diáconos y seminaristas, así como religiosas y religiosos consagrados, han sido perseguidos y desterrados por la dictadura Ortega-Murillo

Represión contra la Iglesia

El caso de monseñor Herrera es uno de los más recientes. En noviembre de 2024, fue desterrado a Guatemala después de denunciar públicamente un acto sacrílego cometido por el alcalde sandinista de Jinotega, quien interrumpió una misa con música a alto volumen.

Su salida forzada se sumó a la de otros prelados, como la de monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, también forzado al exilio.

Algunos analistas ven el encuentro como un mensaje político y de apoyo a la Iglesia en Nicaragua.

La represión contra la Iglesia católica en Nicaragua se ha intensificado desde 2018. Según el informe “Nicaragua: Una Iglesia perseguida”, elaborado por la investigadora Martha Patricia Molina, ya se registran cerca de 1,000 agresiones, entre ellas confiscaciones de propiedades, cierres de colegios y hostigamientos contra sacerdotes y fieles.

Uno de los casos más recientes fue la confiscación del colegio San José en Jinotepe, medida que Molina calificó como “una infamia contra la libertad religiosa”. Estas acciones forman parte de una política sistemática del régimen Ortega-Murillo para silenciar voces críticas.

El Vaticano ya había sufrido un quiebre en sus relaciones con Nicaragua tras la expulsión del nuncio apostólico Waldemar Sommertag en 2022. Desde entonces, no existe representación diplomática oficial en Managua.

La disctadura de Ortega confiscó recientemente el colegio San José en Jinotepe.

Aunque el papa León XIV no se ha pronunciado en público sobre Nicaragua, la reunión con los obispos desterrados se interpreta como un gesto político y pastoral.

Para analistas y creyentes, se trata de una señal de respaldo del Vaticano a la Iglesia perseguida en el país centroamericano.

El encuentro también marca un capítulo clave en la relación entre Roma y la Iglesia de Nicaragua que, pese a la represión, continúa siendo una de las instituciones más influyentes en la defensa de los derechos humanos en la región.

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